"Bastante tenía con no caerme"

Quizá lo que entonces pareció un suceso, polémico sin duda pero nada más, de la carrera, tenga consecuencias imprevistas. "Lo que no puede hacer Sete es entrar en la guerra psicológica que le va a plantear Rossi", decía Fausto Gresini, jefe en Honda del piloto español, tras lo ocurrido en Jerez, en el primer gran premio del año, donde el italiano logró el triunfo tras adelantar al español en la última curva de la última vuelta y salirse éste de la pista. Visto lo visto desde entonces, Gibernau no ha perdido la batalla del Mundial, aunque sea quinto y le separen 37 puntos de Rossi, pero sí la guerra psicológica.

Porque en la siguiente carrera, en Estoril, Gibernau se fue al suelo de forma inexplicable cuando viajaba solo, en la primera posición y con Rossi a 17 segundos. La lluvia, al parecer, tuvo la culpa, un argumento curioso cuando de las nueve carreras que ha ganado Gibernau, en cuatro de ellas ha caído el líquido elemento. Ayer, a la lluvia se unió la mala elección de los neumáticos para explicar una cuarta plaza final decepcionante.

"Hemos salido con un neumático que no habíamos probado antes, un poco más duro pero que, según los técnicos de Michelin, podía darnos cierta ventaja", apuntó Gibernau, antes de desvelar que intentó "cambiarlo en la parrilla, pero al ser una goma nueva era la única disponible". Esa falta de previsión dejó al español sin podio. "He entrado en la primera curva de la primera vuelta y casi me voy fuera. No podía parar la moto, no dejaba de vibrar", comentó Gibernau, que se sintió impotente para superar los problemas de adherencia de su máquina en un piso empapado. "Ahí, en esa primera curva, me he dado cuenta de que no podía hacer nada. He intentado salvar la carrera de la mejor manera posible, pero al final tenía que luchar simplemente para no caerme, que ya era bastante".

Mientras, el ganador, Rossi, que encabeza el Mundial con 70 puntos, 25 más que Melandri, se mostraba incrédulo ante su triunfo. "Ha sido el más sorprendente de mi carrera", declaró exultante. "No me lo creía, y me decía a mí mismo: '¡pero cómo voy, voy genial y la moto va fenomenal!". Más tranquilo, el seis veces campeón del mundo admitió que "fue una victoria especial" y consideró normal que "nadie apostara ni un euro" por su triunfo.

Entre los españoles, y aparte de Gibernau, lograron acabar la carrera Rubén Xaus, que fue 10º y suma sus primeros puntos, y Toni Elías, 16º. Éste fue penalizado cuando circulaba tercero al no situarse correctamente en la línea de salida. "Ha sido culpa mía", declaró. "Me he confundido con el posicionamiento de 250cc porque en MotoGP sólo hay tres motos en cada línea". Carlos Checa, por su parte, no pudo finalizar al caerse de forma espectacular en la quinta vuelta. Puesto a buscar culpables, él, como Elías, lo tenía claro: "El error ha sido mío".