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Reportaje:FÚTBOL | Liga inglesa

Histórico Chelsea

El equipo de Mourinho gana su segunda 'Premier' en cien años de vida tras derrotar al Bolton con dos goles de Lampard

Frank Lampard, el pulmón del Chelsea, es inasequible al desaliento. En la jornada en que su equipo tenía la oportunidad de ganar su segunda Liga en 100 años de historia, al centrocampista no le importó que sus compañeros estuvieran desdibujados, que sólo el portero Cech se pareciera a sí mismo o que cuatro partidos en 10 días parecieran demasiados para los jugadores entrenados por José Mourinho. Determinado a lograr la victoria, generoso en el esfuerzo pese a llevar jugando 143 partidos de la Premier seguidos, Lampard se echó el equipo a la espalda, percutió contra la defensa del Bolton para ganar un balón en la corona del área y marcó el gol que daba a su equipo el título.

A rebufo del esfuerzo del centrocampista, el Chelsea empezó a respirar, tras vivir en el alambre durante toda la primera parte, con Makelele derrotado en la batalla física por el centro del campo del Bolton y Tiago diluido en el loco correcalles que había propuesto el equipo de Sam Allardyce, dispuesto a ganar al conjunto de Londres por agotamiento: "Por mucha adrenalina que esté corriendo por sus venas, tienen que estar cansados", había dicho el entrenador del Bolton en la víspera.

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Hasta el gol, Mourinho fruncía el ceño en el banquillo, inquieto ante lo que veía sobre el césped: a su equipo le ganaba en intensidad y despliegue físico el conjunto más veterano de la Liga -con seis jugadores por encima de los 30 años sobre el campo, con Hierro, de 37, a la cabeza-, un equipo impulsado por la derrota del Everton (2-0) y el empate del Liverpool (1-1), que le abrían la oportunidad de acercarse a la cuarta plaza y seguir soñando con que su debut en Europa sea en la Champions. De nada sirvió que Mourinho incluyera de inicio al ex madridista Geremi, titular por tercera vez este año, o al checo Jarosik, casi inédito en el equipo de Londres, porque la agresividad y la euforia estaba en las piernas del bando contrario, dominador de los rechaces y del cuerpo a cuerpo. El Chelsea parecía agotado.

Comandado por Hierro en el medio centro, el Bolton encerró al Chelsea en el área, donde el equipo de Londres se colgó de la altura de Cech y de los testarazos del alemán Huth para sobrevivir. El portero checo -que sólo ha encajado 13 goles en la Liga-, se mostró entonces como un guardametea tranquilo, imperturbable, al que nada parece sorprender. Que la mejor defensa de la Premier permitiera a Davies disparar desde el área pequeña en el primer minuto del partido no le supuso mayor problema. Tener que volar hacia la escuadra para compensar que un rival hubiera cabeceado un córner ante la cómplice mirada de Carvalho tampoco pareció extrañarle. Y volver a casa sin haber encajado un solo tanto se inscribió en la rutina particular del último hombre de un equipo que en todo el campeonato solo ha sido derrotado en una ocasión, por el Manchester City.

Pero al Chelsea no le preocupa controlar el ritmo de los partidos o dominar al rival. Superado por el Bolton, huérfano de Joe Cole, sentado en el banquillo, el equipo de Mourinho fue incapaz de superar la veterana defensa que conforman N'Gotty y Candela, y esperó su oportunidad. Y la oportunidad llegó cuando Lampard encontró fuerzas para sentenciar el encuentro. Sin acordarse de que este año ya ha jugado 54 partidos, olvidada la dura batalla que disputó el miércoles contra el Liverpool, el centrocampista recibió el balón en el medio campo, después de un córner a favor del Bolton, recorrió 30 metros en solitario y regateó al portero para volver a marcar. Era su decimocuarto gol en la Liga, un gol que valía el segundo título de Liga del Chelsea, después del logrado en 1955, y el segundo trofeo del año, tras la Carling Cup lograda ante el Liverpool de Rafa Benítez.

Precisamente el Liverpool es ahora el rival que se interpone en el camino del equipo financiado por el millonario ruso Roman Abramovic -que ha gastado 200 millones de euros en fichajes en las últimas dos campañas- hacia la final de la Copa de Europa. Para lograr la triple corona -Liga, Copa y Copa de Europa- el Chelsea confía en el engranaje defensivo diseñado por Mourinho, que tras el partido embocó una media sonrisa, vestido con un chándal y despojado de su abrigo de la suerte. Según sus cálculos, ayer no lo necesitaba: ya en noviembre, cuando el Chelsea se aupó a la primera plaza del campeonato, predijo que celebraría el título de Liga en el estadio Reebok del Bolton.

Lampard celebra su primer gol.
Lampard celebra su primer gol.ASSOCIATED PRESS

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