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Columna
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La razón

Manuel Rivas

La discusión sobre la edad del candidato Fraga es un error. A efectos de reflexión sobre la vejez, resulta mucho más ilustrativo leer el informe anual del ponderado Valedor do Pobo (Defensor del Pueblo), donde informa que desde el 2001 se ha triplicado la lista de espera para acceder a una plaza en una residencia pública de la tercera edad. Hay en Galicia 7.340 ancianos en esa lista oficial, muchos en situación muy precaria y de extrema pobreza. Por otra parte, Galicia es la única comunidad donde hay enfermos con tumores en listas de espera. Los que no esperan son los jóvenes: universitarios o no, el futuro vuelve a ser la emigración. Mientras son convocados por una derecha con espíritu de facción a una nueva Covadonga para la "reconquista" de España, a un triste destino de Santa Compaña integrista del siglo XXI, los gallegos tienen por delante una tarea mucho más inmediata y también más heroica: reconquistar para la moral cívica la propia tierra. Paliar todas las listas de espera y encontrar a una desaparecida llamada Esperanza.

La polémica de la edad ya le ha costado la vida a un corzo. Fraga asegura que lo abatió a una distancia de 350 metros. Cuando fue nombrado ministro de Información de Franco, lo celebró cazando un urogallo, especie hoy en extinción en Galicia. En otros momentos de su carrera política, Fraga Iribarne abatió piezas en la Suráfrica del apartheid y en los Cárpatos, no lejos de Transilvania, e incluso cuando se hundía el Prestige a 600 kilómetros. En retorcida ironía, a la jocosa manera de Federico Trillo, ¡qué puntería! Este tipo de ritual, el poder simbólico de la caza, ha sido muy estudiado por los etnólogos con la denominación de Magia homeopática del régimen carnívoro.

Pero la polémica, por si el corzo fuera poco, ha tenido el efecto colateral de descartar cualquier tipo de debate televisado. Los opositores, según Fraga, carecen de la mínima urbanidad. ¿Qué abyección han dicho? Fraga es un hombre curtido, y si le molestan las críticas es porque siempre se quedan cortas. Pero esta vez han ido demasiado lejos. Alguien ha insinuado que el corzo estaba atado a un árbol. ¿Debates? Éstos no saben lo que es un pique de cazador. ¿Atado el corzo? Otro chiste con el corzo, y no hay elecciones.

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