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China y los nacionalistas de Taiwan se alían para frenar la independencia de la isla

Primera reunión entre el presidente chino y el máximo líder del Kuomintang desde 1949

Apretones de manos, sonrisas y una foto de grupo histórica. El Gran Palacio del Pueblo, en Pekín, fue testigo ayer del primer encuentro entre un presidente chino con un líder del Kuomintang (KMT, el principal partido de la oposición taiwanesa) desde que los nacionalistas de Chiang Kai-shek perdieron la guerra civil con los comunistas de Mao Zedong, en 1949. El dirigente chino, Hu Jintao, y el presidente del KMT, Lien Chan, rechazaron la independencia de Taiwan y acordaron unir sus fuerzas para poner fin a décadas de hostilidad en el Estrecho.

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Pekín y Taipei deben trabajar "para que los chinos de ambos lados del Estrecho puedan caminar por la senda de la paz y la estabilidad", dijo Hu Jintao, en una ceremonia emitida por la televisión. "Lo que necesitamos es reconciliación y diálogo", respondió Lien Chan, antes de iniciar la reunión. El tono del encuentro estaba servido. Poco después, un portavoz del partido nacionalista hacía público un comunicado conjunto en el cual ambas partes se oponen a la independencia de Taiwan y se comprometen a promover "la consecución de un acuerdo para poner fin a las rivalidades e impulsar el establecimiento de un mecanismo militar basado en la confianza mutua".

"Que esto pueda lograrse dependerá de si el partido gobernante asume esta responsabilidad", afirmó Chang Jung-kung, portavoz del Kuomintang. "El Partido Nacionalista está en la oposición y sólo podemos transmitir la sugerencia".

El viaje de Lien, que comenzó el martes en Nanjing, antigua capital del Gobierno nacionalista chino, ha inyectado, según dijo Hu, "nueva vitalidad" a las relaciones entre Pekín y Taipei, que se han agriado aún más de lo que estaban desde que en marzo la Asamblea Popular China aprobó una ley que autoriza al Ejército a atacar la isla si declara la independencia. Esta resolución provocó las iras del Ejecutivo de Chen Shui-bian, que dijo que equivalía a una autorización para la guerra.

Pekín -que se niega a hablar con Chen hasta que reconozca que Taiwan es parte de una única China- ha extendido, sin embargo, la alfombra roja a Lien, que es partidario de una eventual unificación con el continente. El Partido Comunista Chino y el KMT han hecho causa común, a pesar de sus diferencias históricas. Los nacionalistas gobernaron China durante décadas, hasta que fueron derrotados por los comunistas, y tuvieron que refugiarse en Taiwan. Pero hoy comparten con Pekín su oposición a la independencia de la isla, lo que está siendo aprovechado por los dirigentes chinos para aislar a Chen Shui-bian.

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"Tender un puente"

El Kuomintang gobernó Taiwan durante medio siglo, hasta que, en 2000, Chen se hizo con la presidencia. El año pasado fue reelegido.

El viaje, que ha sido ampliamente cubierto por los medios de comunicación locales, debe servir para "tender un puente que una" ambos lados del Estrecho, según el líder del KMT. "No podemos seguir anclados en el pasado para siempre (...) Nuestro pueblo quiere ver diálogo, cooperación y reconciliación", dijo ayer durante un discurso en la Universidad de Pekín, la más prestigiosa de China. En su disertación, que fue televisada, recordó la importancia de mantener el statu quo en el estrecho de Formosa, pero también instó a las autoridades chinas a emprender cambios democráticos. "La velocidad y la magnitud de la reforma política en el continente tienen aún mucho terreno para mejorar", afirmó. "En el futuro, la diferencia entre nuestros sistemas políticos se reducirá. Esto es una tendencia histórica imparable".

La cálida acogida a la numerosa delegación del Kuomintang ha sido vista por los independentistas de Taiwan como un intento de Pekín de crear el cisma en la isla. "Estamos decepcionados por el hecho de que haya ido a un país enemigo y no haya expresado la opinión de la mayoría del pueblo taiwanés, que es que Taiwan es un país soberano e independiente. En cambio, ha insistido en la idea de una Gran China. ¿Dónde ha dejado los sentimientos de los taiwaneses?", dijo Chen Chin-jun, parlamentario del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP). "No hemos visto que se haya opuesto a la ley antisecesión, a los misiles ni al uso de la fuerza militar", añadió Su Tseng-chang, presidente del PDP. Taipei prohibió los contactos con el continente durante años, pero ha rebajado las restricciones desde principios de los años noventa. Desde entonces, las empresas de la isla han invertido más de 100.000 millones de dólares en el continente, que se ha convertido en su principal socio comercial. Algo incentivado desde Pekín.

El líder del Kuomintang, Lien Chan (izquierda), y el presidente chino, Hu Jintao, ayer en Pekín.
El líder del Kuomintang, Lien Chan (izquierda), y el presidente chino, Hu Jintao, ayer en Pekín.REUTERS

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