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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los jesuitas y la política

Antonio Elorza

En su calidad de instrumento formado para la lucha contra la Reforma protestante, la Compañía de Jesús aporta sustanciales novedades a la configuración de las órdenes religiosas. No se trata ya de desarrollar una propaganda eficaz con la palabra y los mecanismos de control de la masa de creyentes, sino de dar vida a un organismo fuertemente disciplinado, moderno en sus técnicas y dispuesto en la misma medida a contrarrestar la infiltración de los reformados y a infiltrarse en la sociedad reforzando sustancialmente la vinculación de las élites, en primer término, a la fe católica. Gracias a un trabajo exhaustivo sobre los archivos de la Compañía en Roma, Julián Lozano está en condiciones tanto de reconstruir el funcionamiento de la Compañía en esa búsqueda de incidencia sobre el poder, como de valorar los efectos de semejante acción. El estudio se ciñe a la España de los Austrias, pero su interés va mucho más allá del límite cronológico de 1700, ya que en ese siglo y medio largo se definen unas pautas y unos objetivos que mantendrán su vigencia hasta hoy.

LA COMPAÑÍA DE JESÚS Y EL PODER EN LA ESPAÑA DE LOS AUSTRIAS

Julián J. Lozano Navarro

Cátedra. Madrid, 2004

430 páginas. 16 euros

El autor acierta a destacar una de las razones fundamentales de la eficacia alcanzada por la Compañía: su conformación como estructura de poder. "La Compañía de Jesús es un Poder", nos explica Lozano. "Sin territorio, límites ni fronteras, pero un Poder al fin y al cabo (

...) Es, desde luego, una realidad gubernamental cuyos conflictos en cuanto a su actuación política no tienen nada que envidiar a los de los Estados modernos". No olvidemos que las teorías de la razón de Estado, con Giovanni Botero a la cabeza, están indisolublemente ligadas al pensamiento político de los jesuitas. El general de la Compañía, afirmaba Felipe III, reina. De este modo se encuentra en condiciones de jugar ese papel eficaz que a lo largo de la historia, y aquí sirviéndose del instrumento religioso (confesionario en primer plano), permite la búsqueda de la hegemonía de una organización dentro de otra organización. Mientras, hacia una vertiente, la Compañía no olvida la exigencia de desarrollar una acción capilar dentro del conjunto social, los esfuerzos se centrarán sobre el vértice del poder.

Esa atracción hacia el imán

del poder propio guía un ascenso encuadrado en la larga duración, de las iniciales desconfianzas regias al desempeño de una activa participación en las decisiones políticas y en las relaciones internacionales a fines del siglo XVII. Una afirmación progresiva que no dejará de suscitar una oposición asimismo creciente, visible en la rápida crisis de la monarquía católica de Jacobo II de los Estuardo en Inglaterra. El relato de Lozano es a veces prolijo, pero sólo así puede ser observada la versatilidad de la orden que contribuyó a forjar "la Europa católica de los devotos".

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