Sorpresas en El Pardo

No era la Capilla del Palacio de El Pardo el lugar más idóneo para un concierto como éste que presentaba la primera entrega de las Cantatas académicas completas de Luigi Boccherini, es decir, un bocado tan exquisito como poco frecuente. La Camerata Anxanum sonaba de lo lindo mientras la voz solista se alejaba enseguida hacia las alturas para volver desfigurada hasta el oído de un espectador que debía descifrar sus virtudes o sus defectos sin otra ayuda que la intuición y el conocimiento que pueda atesorar, pues no daban decodificadores a la entrada. Por eso esta crítica será siempre relativa por más que su autor se haya encomendado previamente al santo del día.

El anuncio de la cancelación por razones de salud de la soprano María José Moreno en esta primera sesión -la segunda tendrá lugar el 19 de octubre- amostazó un tanto a los habituales de Los Siglos de Oro, pues la Moreno es cantante querida por la afición que la ha visto nacer. Luego, a la hora de la verdad, la sustituta, Anna Chierichetti, resultó una sorpresa para quienes no conocieran su currículo y una confirmación para el resto, para los que sabían que suele cantar con Muti, con Christie, con Curtis y con Dantone. En un repertorio que no exige demasiado a lo canoro en cuanto a aptitudes técnicas, ella anduvo sobrada, exhibió una voz hermosa y bien utilizada, límpida en la emisión y excelente en la expresión, desmintiendo al cantar la timidez que mostraba al saludar al respetable. De las siete arias sería difícil destacarla en alguna, pues en todas mantuvo un altísimo nivel. Si acaso, citemos Misera! Dove son?, ésa en la que se establece una comparación con Mozart en la que Boccherini aguanta el tipo. O mucho desfiguran los ecos de El Pardo, o la Chierichetti es uno de los nombres del futuro.

La Camerata Anxanum resultó otra gratísima sorpresa, pues es orquesta menos conocida que otras de su estilo. Su concertino y director fue Massimo Spadano, virtuoso violinista y conspicuo investigador, que sacó de ella una sonoridad rotunda, expresiva y hasta arriesgada, saliendo con bien de algún momento en el que Boccherini quiere poner a los acompañantes en los peligros que evitó a la cantante. Un sobresaliente para el violonchelo Massimo Magri y que se mejore la señora Moreno. Nos vemos en octubre.