El PP catalán no pone ninguna reserva a que el TSJ sea la última instancia

En Cataluña y Andalucía, dos de la comunidades autónomas que han abordado la reforma de sus estatutos, el PP mantiene el mismo tono áspero de críticas a los socialistas. Tras negarse inicialmente a reformar los citados estatutos, el PP ha aceptado participar en las ponencias parlamentarias que estudian las reformas estatutarias. Sin embargo, tanto los populares andaluces como los catalanes -que no son imprescindibles para aprobar las reformas- no hacen propuestas, sino que se limitan a esperar las de las otras formaciones y evaluarlas. Sin embargo, mientras el PP que preside Javier Arenas ha optado por un tono bronco -la reforma andaluza contará con un primer borrador este mes de junio, aunque no se espera que esté aprobada hasta finales de 2005 o principios de 2006-, el PP de Josep Piqué ha elegido unas formas más amables.

Así, los populares catalanes han optado por participar en la ponencia parlamentaria que estudia la reforma del Estatuto y expresar sus reservas sobre aquellos puntos del articulado pactados por el resto de grupos parlamentarios en los que no está de acuerdo. El PP de Pique, además, condiciona su apoyo a la reforma estatutaria al conjunto del articulado. Sin embargo, en las actas de la ponencia parlamentaria que discute la reforma no consta que el PP haya puesto reserva alguna al artículo que afirma: "El Tribunal Superior de Justicia es el órgano jurisdiccional en la que culmina la organización judicial en el territorio de Cataluña". Este artículo tiene un segundo punto en el que se especifica que el TSJ de Cataluña unificará el derecho de casación y la jurisprudencia sobre el derecho catalán.

Una propuesta que el PP valenciano rechaza en la reforma del Estatut "perfectamente y coordinadamente con la dirección nacional del partido".