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Fraga firma hoy la convocatoria electoral, que ha cogido a contrapié a todos los partidos

El adelanto de los comicios precipita la elaboración de las listas que se cerrarán en un mes

Manuel Fraga firmará hoy el decreto de disolución del Parlamento gallego y de convocatoria de las elecciones para el 19 de junio, con las que pretende volver a ocupar por quinta vez la presidencia de la Xunta de Galicia. A pesar de que desde el PP se ha reiterado que un adelanto de cinco meses sobre el final de la legislatura "no es un adelanto", la verdad es que la decisión que el veterano líder conservador ha cogido con los deberes a medio hacer a todos los partidos, incluido el suyo: el propio Fraga todavía no ha sido proclamado candidato ("espero que los militantes no pongan objeciones", ha dicho). La oposición, socialistas y nacionalistas, anuncia que aplicará "el plan B" que había preparado.

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Los partidos deberán presentar sus candidaturas entre el 11 y el 16 de mayo. Poco más de dos semanas para la siempre difícil tarea de combinar personas, tendencias políticas y representaciones territoriales, y más en Galicia. El PP sufrió su catarsis el pasado octubre, cuando las tensiones entre boinas (rurales y cosechadores de votos) y birretes (urbanos y gestores) afloraron en toda su crudeza. La crisis se resolvió por el método clásico de los conservadores en Galicia: que cada uno administre su feudo.

Fraga -si los militantes no ponen objeciones- encabezará la lista de A Coruña, en la que los seguidores del ex ministro José Manuel Romay Beccaría intentarán colocarse en puestos con opciones. En Pontevedra está resuelto el principal escollo, al aceptar el ex delfín de Fraga, Xosé Cuiña, ir en el quinto puesto, detrás del actual número dos de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de dos consejeros y del secretario general del PPdG, Xesús Palmou. La lista de Lugo la encabezará el contrapeso boina en el Gobierno autónomo, el vicepresidente segundo Xosé Manuel Barreiro. En Ourense, granero electoral conservador y finca política del cabeza de la rebelión de octubre, José Luis Baltar, el presidente provincial ha designado a una candidata inédita: de Amparo González Méndez, de 32 años, sólo se sabe que está contratada como directora de formación de la Confederación de Empresarios de Ourense, y que no tiene más vínculos políticos que ser hermana de un edil del PP en el Ayuntamiento de Cenlle... y esposa de un militante del BNG.

Los socialistas sí tienen claro que su secretario general, Emilio Pérez Touriño, intentará de nuevo ocupar el puesto de Fraga, pero aún no está confirmado si se presentará por Pontevedra, rompiendo la tradición de que el aspirante a la presidencia concurra por A Coruña, cuya lista está sin decidir al igual que la de Ourense. Para la coruñesa el candidato natural sería el coordinador de la campaña electoral, José Luis Méndez Romeu, pero no está claro que renuncie a la secretaría de Estado de Coordinación Territorial. Se supone que el secretario de Organización, Ricardo Varela, encabezará la lista de Lugo.

Renovación en el BNG

El BNG ha pasado también el trago de renovar sus listas, pero aún sufre la resaca derivada de que su líder histórico, Xosé Manuel Beiras, no encabece ninguna. Beiras parece dar por cerrada su exclusión de las listas (en teoría podría ir segundo por Pontevedra) pero no su participación en la campaña electoral de los nacionalistas. Incluido el candidato a la Xunta, Anxo Quintana (que sí irá por A Coruña), todos los cabezas de serie se estrenarán en el Parlamento. Además de Quintana, nuevo líder de la formación nacionalista, el candidato de Lugo, Fernando Blanco, es el único con trayectoria política conocida (fue teniente de alcalde en Lugo) y el único con militancia partidaria (en la Unión do Povo Galego, el núcleo comunista del Bloque).

Las que sí están claras son las estrategias de campaña, no en vano los contendientes llevan meses poniéndolas en práctica. El PP acusa en todos los foros -incluido el publicitario- al Gobierno central del PSOE de incumplir el Plan Galicia de infraestructuras. Los socialistas insisten en presentarse como opción de cambio político, con la baza del apoyo del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, aunque el adelanto provocará un seísmo en la agenda del presidente. El BNG, segunda fuerza política en número de votos, busca un lugar al sol entre los polos conservador y socialista. Quintana intenta por una parte forzar a Touriño a que reconozca que necesita a los nacionalistas para gobernar, y por otra asegura que pactará "con quien haga falta". "Y cuando digo con todos, son todos".

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