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Crónica:FÚTBOL | 33ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Líder por goleada

El Barça juega mejor y vence con autoridad en La Rosaleda a un rival al que deja sin capacidad de respuesta

Ramon Besa

A la estridente remontada del Madrid, respondió el Barcelona con una goleada en Málaga tan disuasoria como silenciosa, más que nada por la comodidad con la que la alcanzó, sin apenas emoción, sino con normalidad. Frente a la épica del aspirante, que acosa sin dar respiro, los azulgrana exhibieron el aplomo del líder que para nada se abruma. Va el Barça por delante porque jugó mucho mejor al fútbol en la salida y ahora que divisa la llegada le alcanzan la determinación del colectivo, la capacidad para combatir la presión y las jugadas episódicas, como le llaman los italianos, que saben más que nadie sobre el arte de defender la jerarquía, generalmente aliada con el poder y la fortuna.

MÁLAGA 0 - BARCELONA 4

Málaga: Arnau; Gerardo, César Navas, Fernando Sanz, Valcarce (Tote, m.71); Juan Rodríguez, Juanito (Amoroso, m.51), Romero (Manu, m.66), Duda; Miguel Angel y Baiano.

Barcelona: Valdés; Belletti, Puyol, Oleguer, Van Bronckhorst; Iniesta (Sylvinho, m.69), Xavi (Gerard, m.73), Deco; Giuly, Eto'o (Motta, m.58) y Ronaldino.

Goles: 0-1. M. 21. Oleguer, a la salida de un córner botado por Deco. 0-2. M. 34. Giuly cabecea un centro de Ronaldinho. 0-3. M. 68. Giuly supera la salida de Arnau con un remate a media altura. 0-4. M. 90. Gerard cabecea un centro de Van Bronckhorst.

Arbitro: Lizondo Cortés. Amonestó a Juanito, Juan Rodríguez, Gerardo, César Navas y Giuly. Expulsó a Amoroso (m. 75).

La Rosaleda ante unos 23.000 espectadores.

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Un tanto de Gio le permitió empatar con el Betis, un libre directo de Ronaldinho puso a salvo el average ante el Madrid y ayer le bastaron dos acciones de estrategia para despachar un partido presentado como la prueba del algodón por cuantos acechan al mandamás del campeonato. Resuelto el litigio en media hora, el Barça se regaló un par de goles más: el tercero, segundo de Giuly, precioso, como colofón a un segundo acto en el que durmió al Málaga con la pelota como almohada; y el cuarto, materializado por Gerard, para darle título de goleada al triunfo.

Los azulgrana sólo necesitaron un par de jugadas a balón parado, estupendamente atacadas por Oleguer y Giuly, para revertir un encuentro que el Málaga había afrontado ciertamente con una especial combatividad, tal que se hubiera creído el papel de juez del campeonato que le otorgaban cuantos jaleaban al Madrid. Ya se sabe que al Barça le desagrada jugar en La Rosaleda. No le va el campo, más que nada por seco y áspero, abrazado normalmente por el calor. Ni tampoco le gusta la grada por estridente. Y el rival siempre le ha puesto en problemas por su fútbol directo. Al Málaga le bastaban habitualmente las segundas jugadas para revolcar a los barcelonistas, que en su última visita se habían llevado una señora tunda. Insistieron ayer los blanquiazules con su fútbol intenso, de presión y rechace e intimidatorio, y al Barça le costó de salida evitar nuevamente el cuerpo a cuerpo, defender los fuera de banda y los córners, limpiar su área del acoso de la aviación local. A la que pisaron el campo contrario, sin embargo, resultaron imparables: dos remates, dos goles.

Repleto de jugadores livianos, exquisitos técnicamente, el equipo de Rijkaard procuraba jugar al pie y romper la defensa local con las diagonales de Ronaldinho y Eto'o, cuya presencia en la alineación expresó la importancia que tenía el partido para el Barcelona. A veces le faltó consistencia en la divisoria para tener la pelota y gobernar la contienda, presidida por el ir y venir del Málaga, que recuperaba y atacaba sin respiro, tan valiente que no reparaba en faltas y a veces en patadas. Los azulgrana escaparon pocas veces del lazo blanquiazul, pero cada una de sus salidas acabó en la red. El escorzo de Oleguer se engendró en una cabalgada de Eto'o, interrumpida con un córner, y el cabezado de Giuly coronó una jugada de estrategia comandada por Ronaldinho.

El Málaga jugaba a dar y el Barcelona le procuraba esquivar, cosa que no siempre logró porque no tuvo ni tiempo ni espacio, apretado como se sintió. El confuso juego local provocó multitud de acciones sospechosas en el área forastera, y la hinchada la tomó con el árbitro porque contó por lo menos un penalti a Juan Rodríguez. Llegado el descanso, sin embargo, se acabó la bravura del Málaga, rendido por la desdicha, impotente por verse superado después de vaciarse.

Aunque al Barcelona le falta calidad física para combatir partidos como el que le apetecía al Málaga, no pasó demasiados apuros para apuntarse el triunfo. La ausencia de un medio centro defensivo que descuelgue el balón y se mezcle con los centrales ha obligado a los barcelonistas a retroceder un par de pasos en los dos últimos partidos. A cambio, sin embargo, ha ganado sensatez con la inclusión de Xavi como pivote e Iniesta de centrocampista porque Gerard es un enganche y no un medio de contención. Pese a que no parece una solución, a corto plazo y a la espera de recuperar efectivos, se presenta como la mejor alternativa. Los peloteros tomaron ayer La Rosaleda en la segunda parte y sobaron el cuero hasta provocar la dormidera del Málaga.

El partido quedó tan a merced visitante que Rijkaard reservó a Eto'o para empresas mayores y volvió a darle minutos a Motta. No hubo mayores sobresaltos que el gol de Giuly, la expulsión de Amoroso y la quinta tarjeta que le impedirá a Xavi jugar contra el Albacete. Poca cosa para un líder que clama por la tranquilidad y el sosiego frente al ruido de los aspirantes. Jugó el Barcelona muy centrado y muy junto, tanto que dominó por una vez las dos áreas y el protagonismo recayó en los futbolistas meritorios y no en las estrellas. Oleguer y Giuly firmaron el triunfo de un Barça que llevaba cuatro años sin ganar en La Rosaleda, señal de lo mucho que han cambiado las cosas en el equipo azulgrana últimamente. No estaba el Barcelona para medias tintas en una jornada crucial para el futuro del campeonato, y si no estuvo bien en la primera parte, se gustó mucho en la segunda, así que salió de Málaga sintiéndose más líder que nunca.

Eto'o hace un gesto en presencia de Giuly y Fernando Sanz.
Eto'o hace un gesto en presencia de Giuly y Fernando Sanz.JULIÁN ROJAS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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