El nerviosismo del alcalde de Priego

Después de muchos años de reclamaciones por parte del Ayuntamiento y la ciudadanía, y una vez que la finalización de las obras de la carretera C-333 parecían cercanas, el alcalde de Priego, Juan Carlos Pérez (PA), en un insólito alarde de prepotencia y desprecio al Pleno municipal, al Consejo Municipal de Medio Ambiente, a la Agenda Local 21 y las asociaciones y colectivos que hemos colaborado en su elaboración, ha decidido unilateralmente un nuevo trazado para esta vía de comunicación.

El alcalde no ha dudado en saltarse el acuerdo alcanzado por unanimidad en el Pleno de la corporación municipal. Tampoco le ha costado mucho ignorar los informes de los técnicos municipales sobre la afección que dicho trazado tendría sobre varios yacimientos arqueológicos de notable importancia, ni los informes elaborados por organizaciones conservacionistas sobre el impacto ambiental.

La opción que el alcalde ha decidido no sólo es la que más daño causaría al entorno, sino que es la que más tiempo y trámites debe sortear. Esta elección no hará sino alargar el proceso, para al cabo de varios años volver al punto de partida y elegir otro trazado, ya que la evaluación de impacto ambiental determinará, sin duda, la inviabilidad del trazado.

El alcalde dice y hace tonterías porque está nervioso, porque en los dos años que lleva de alcalde lo único visible de su gestión han sido dos rotondas a la entrada del casco urbano. No se preocupe, alcalde: constrúyanos otras dos rotondas en los dos años que le quedan, pero, por favor, no destruya nuestro patrimonio natural e histórico.