Bajo el síndrome del desarrollo

Corea del Sur tendrá un año de crecimiento moderado debido a los altos precios del petróleo y a la disminución de sus exportaciones, en especial de alta tecnología. En pleno periodo de ajuste tras las últimas reformas estructurales, el país busca recuperar el dinamismo que lo convirtió en la 12ª economía del mundo. Bajar el desempleo y reactivar el consumo son las principales tareas.

La economía creció un 4,6% en 2004, una cifra que no logra superar las expectativas del 5% que habían sido fijadas por el Gobierno

Corea se resiente del alto precio del petróleo, de la baja cotización del dólar y de la caída de las exportaciones, en especial de las tecnológicas

Las estimaciones de organismos como el Instituto de Desarrollo de Corea y el Banco Asiático de Desarrollo han situado el producto interior bruto (PIB) de Corea del Sur para este año en una cifra cercana al 4%. Un dato que es visto por los analistas como insuficiente para que vuelva a ser uno de los países más dinámicos de Asia, un dinamismo que le llevó a convertirse en la duodécima economía del mundo en sólo tres décadas.

Los principales males de la economía surcoreana son, prácticamente, los mismos que sufren actualmente todos los países desarrollados: elevados precios del petróleo en el mercado internacional, la baja cotización del dólar estadounidense y caída en las exportaciones, en especial del sector tecnológico, uno de los pilares de la economía coreana. Según pronostica el Banco Asiático de Desarrollo, los envíos de mercancías sólo crecerán un 12% este año, frente al 31% del curso pasado.

La crisis asiática

Desde la crisis asiática registrada en 1997, que barrió el sistema financiero del continente, el Gobierno coreano superó sus problemas de balanza de pagos adoptando políticas de austeridad fiscal, renunciando temporalmente a préstamos y reducciones tributarias. De esta manera, han logrado índices de crecimiento superiores al 10% en 1999 y otros no tan dinámicos, como el 3,1% de 2003.

El dato anual más reciente indica que la economía creció un 4,6% en 2004, una cifra que no logró superar las expectativas del 5% que había sido fijado por el Gobierno. Un dato que, además, es considerado por diversos analistas como el piso mínimo de crecimiento potencial del país. Con todo, la cifra del año pasado refleja una reducción del consumo interno y de las inversiones en el sector de la construcción, que no fueron compensados por un tímido repunte coyuntural de las exportaciones.

El consumo privado cayó un 0,5% el año pasado, pero el aumento del 0,6% en el último trimestre despierta esperanzas de que la demanda interna apuntale la economía este año. En el último trimestre de 2004, el PIB creció un 3,3% en relación con el mismo periodo del año anterior. El Banco Central atribuye esta cifra, relativamente moderada, "principalmente al retroceso del crecimiento de las exportaciones y la tendencia recesiva en la construcción".

El paro y las deudas

A estas cifras macroeconómicas se suman problemas internos, como las dificultades del sistema crediticio. Las cifras oficiales indican que casi cuatro millones de ciudadanos son actualmente incapaces de hacer frente a sus pagos y deudas. Estas cifras se suman a otro de los grandes dolores de cabeza reciente del Gobierno coreano: el paro. Actualmente, el desempleo afecta al 3,6% de la población, cifra que aumenta hasta el 8% para los jóvenes de entre 16 y 30 años. Unos datos inusualmente altos en una economía acostumbrada al pleno empleo.

Frente a este panorama, una de las noticias positivas para la economía coreana es el proceso de apertura de los acuerdos bilaterales, que ha comenzado al suscribir un tratado de libre comercio con Chile en el primer semestre de 2004. Este tratado de libre comercio revitaliza la economía surcoreana y es calificado por los analistas como enormemente positivo. Corea del Sur era una de las seis naciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sin acuerdos bilaterales suscritos.