El caníbal de Rotemburgo vuelve al banquillo de los acusados
El Supremo alemán quiere que sea juzgado por asesinato
El Tribunal Supremo alemán reabrirá el caso del caníbal de Rotemburgo, condenado el año pasado a ocho años y medio de cárcel. La audiencia de Kassel declaró entonces al técnico informático de 44 años Armin Meiwes culpable de "homicidio a petición" por matar y comerse el pene y otras partes del cuerpo de uno de sus amantes por placer sexual. La víctima había accedido a ello de forma voluntaria.
El Tribunal Supremo considera que la fiscalía de Kassel tenía razón al pedir que se le juzgara por asesinato, lo que le podría costar una condena a cadena perpetua. No sólo la fiscalía, también la defensa había pedido revisión de la sentencia. Ésta pidió una sentencia más benévola por tratarse de un homicidio "a petición".
Sin embargo, la juez Ruth Rissing-van Saan explicó ayer que el deseo de morir no salió de la víctima, el ingeniero berlinés Bernd Jürgen Brandes, de 43 años. Fue Meiwes el que buscó en un chat de Internet a un voluntario para "descuartizarlo", y Bernd B. se ofreció.
Un desequilibrio psiquiátrico en forma de extremado masoquismo sexual convenció al berlinés de que la amputación del pene le haría sentir el mayor de los placeres, añadió la juez. Después autorizó a Meiwes a quitarle la vida, más como una concesión a su amante que por verdadero deseo.
Pornografía violenta
El caso lo revisará ahora la audiencia de Francfort, que tendrá que averiguar si Meiwes también troceó el cadáver para su satisfacción sexual. El acusado declaró en el juicio que ya de adolescente le rondaban fantasías de ese tipo. Otro posible agravante que deberá investigar la audiencia es el posible delito de difusión de imágenes de pornografía violenta. Meiwes envió por correo electrónico fragmentos del vídeo del crimen a dos personas que conoció en foros de Internet.
El 10 de marzo de 2001 Armin Meiwes amputó el pene a Bernd Brandes y más tarde le mató con su consentimiento para después descuartizarlo, todo ante la cámara de vídeo, y congelar veinte kilos de su carne, que en parte se comió. Juntos trataron de comerse el pene, una vez cocido al fuego, pero desistieron por la dureza de la carne.
La policía descubrió el crimen un año y medio más tarde, cuando Meiwes buscaba en el mismo chat a su segunda víctima. Meiwes confesó el crimen y dijo haber usado el vídeo que grabó para masturbarse.
Cuando la policía registró la casa de Meiwes aún quedaban en el congelador diez kilos de la carne de Brandes. Las fuerzas de seguridad encontraron también hasta 12.000 correos electrónicos y 1.616 bancos de datos con fotos de canibalismo.
Si la audiencia de Francfort considera a Meiwes culpable de asesinato podría condenarlo a cadena perpetua. De no ser por la reapertura del juicio, Meiwes sólo hubiese cumplido condena hasta 2008, ya que su conducta en la cárcel es ejemplar. En el código penal alemán el canibalismo no está tipificado como delito.
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