_
_
_
_
Crítica:IV CENTENARIO DEL QUIJOTE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Otro caballero granadino

Recojo aquí en el título el que Francisco Ayala mismo trazó en 1992, para la etopeya con la que evocó a "un caballero granadino" de origen cervantino, don Álvaro Tarfe, inventado antes por el apócrifo Avellaneda, pero que confiesa ante el verdadero don Quijote (el de Cervantes) la falsedad de su encuentro con el falso al cruzarse en un mesón durante el viaje de vuelta de una Zaragoza donde no llegaron a estar. Se trata de una "invención", la segunda de esta recopilación de artículos ayalinos, después de las quince "indagaciones" anteriores de la primera parte, tras la maravillosa recreación de El rapto, con el que en 1965, el decano imbatible de todos nuestros escritores vivos reescribió de originalísima manera un episodio del Quijote de verdad, el del secuestro de la muchacha Leandra que sale intacta de los brazos de Vicente de la Rosa, su moralista (¿) raptor, ambientación recreada en el ámbito de los obreros españoles emigrantes en Alemania, de aquellos mismos años sesenta.

LA INVENCIÓN DEL QUIJOTE

Francisco Ayala

Punto de Lectura. Madrid, 2005

368 páginas. 8,25 euros

Ya al borde del siglo que se

le echa encima, Ayala ha elaborado este libro conmemorativo recopilando viejos y nuevos textos de toda época e índole, escritos a ambos lados del Atlántico, durante más de medio siglo. Ayala estrenó su exilio tras la guerra, de la que salió a los 36 años tras haberlo perdido todo escribiendo su inmortal relato de Diálogo de los muertos y un texto en La Nación de Buenos Aires de 1940 sobre 'Un destino y un héroe', que inaugura aquí esta recopilación de textos cervantinos con su habitual serenidad, precisión y sabiduría, teñida cuando hace falta de crítica, sarcasmo y la conveniente mala uva que solemos llamar granadina, bajo la que se esconde su ternura, alegría y un optimismo que siempre nos permite respirar.

Tras un prólogo de Víctor

García de la Concha (que también le incluye una entrevista que le hizo en Ínsula en 1991), Ayala publica aquí un reciente texto ('Cervantes y yo', 2004) en el que cuenta cómo de niño tropezó con las palabras "malsonantes", de don Quijote, inolvidable lección de la que pronto aprendería, frente a su propia educación burguesa. Y luego, antes de las dos "invenciones" ya citadas y antes del final real (dos discursos, uno al recibir el Premio Cervantes, en 1992, y otro ante el Congreso de la Lengua de Rosario, el año pasado) entramos en los 15 capítulos de "indagaciones", esto es, en la parte más viva y doctrinal del volumen, que empieza, como he dicho, con el texto sobre 'Un destino y un héroe'. Luego se entra en lo más serio, en la verdadera Invención del Quijote (1947), donde declaradamente se alinea al lado de Américo Castro y frente a Unamuno, apostando por la cultura y sabiduría de Cervantes, que no fue en todo caso el creador lego e intuitivo que se creyó. Dos de los ensayos más deslumbrantes del volumen son el dedicado al Nuevo arte de hacer novelas (1958) y El túmulo (1963) sobre la gran poesía de Cervantes que es el soneto con estrambote al túmulo a la tumba de Felipe II. Más tarde viaja a la actualidad para describirnos una pelea en Nueva York entre Norman Mailer y Gore Vidal (Artes y Letras, 1977) o ironiza sobre costumbrismos o nacionalismos en La aventura del rebuzno (1991), reivindica El teatro de Cervantes (1991) o El mito de Cervantes (1995). Una lección ética y estética, política y moral para siempre.

Ilustración de Gustave Doré de 'Don Quijote en su librería'.
Ilustración de Gustave Doré de 'Don Quijote en su librería'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_