Los insurgentes derriban un helicóptero en Irak y matan a sus 11 ocupantes

Once personas -seis civiles estadounidenses, tres tripulantes búlgaros y dos guardias filipinos- murieron ayer tras ser derribado con una granada el helicóptero en el que volaban al norte de Bagdad. Los autores del atentado difundieron después un vídeo en el que muestran con toda crudeza cómo asesinaron a sangre fría al único superviviente. Otros tres empresarios occidentales fallecieron tiroteados en su camino hacia el aeropuerto de la capital iraquí.

El helicóptero militar Mi-8 de fabricación rusa, aunque empleado para labores civiles, volaba 40 kilómetros al norte de Bagdad con 11 personas a bordo. Seis civiles estadounidenses, los tres tripulantes búlgaros y dos agentes de seguridad filipinos perecieron en el ataque, perpetrado por los insurgentes con un lanzagranadas, según una fuente militar iraquí. Un responsable de Heli Air, empresa búlgara propietaria de la aeronave, confirmó desde Sofía a Reuters que el aparato se utilizaba para transportar personal que trabaja en proyectos de reconstrucción.

El Ejército Islámico de Irak se atribuyó el atentado en una página web ya empleada en otras ocasiones por este grupo. Horas después, difundía dos vídeos grabados en los momentos posteriores al derribo. Una de la cintas muestra con toda crudeza a un hombre herido, aparentemente un piloto búlgaro, que pide ayuda. Alguien lo incorpora. Después le obligan a levantar los brazos y le disparan a quemarropa entre los gritos de júbilo de los presentes, que corean "¡Alá es grande!".

No fueron los únicos empresarios u hombres de negocios que fallecieron ayer en Irak. Un estadounidense, un australiano y un canadiense perdieron la vida cuando el coche en el que circulaban en la carretera hacia el aeropuerto de Bagdad, escenario de innumerables ataques, fue tiroteado por insurgentes, según confirmó la compañía Edinburgh Risk Incorporated, para la que trabajaban las tres víctimas. Más de 200 contratistas han muerto en los dos últimos años en Irak.

Pescadores, no militares

Se supo ayer también que los 19 hombres fusilados en un campo de fútbol en Hadiza, a 220 kilómetros al noroeste de Bagdad, cerca de la frontera con Siria, no eran militares ni policías, sino pescadores procedentes de las provincias meridionales de Nayaf y Diwaniya que habían viajado hasta el lago Thartar para pescar, según informó el Ministerio de Defensa. El portavoz de este departamento, Saleh Sarhan, no explicó cómo habían sido identificados los cadáveres ni por qué habían sido capturados y asesinados los 19 hombres.

Pero si los insurgentes y terroristas han logrado su cometido en estos atentados, fracasaron en su intento de asesinar al primer ministro saliente, Ayad Alaui. La organización Al Qaeda en Irak, que encabeza el jordano Abu Musab al Zarqaui, reivindicó ayer el ataque suicida contra el convoy del gobernante cuando se acercaba, en la noche del miércoles, a su domicilio en el barrio residencial bagdadí de Al Mansur. "Alauí escapó y la flecha no le alcanzó. Pero quedan muchas flechas", dice amenazante el comunicado de la organización islamista.

Este magnicidio frustrado se produjo horas después de que el presidente, Yalal Talabani, anunciara como "probable" la formación del nuevo Gobierno. La esperanza -casi tres meses después de las elecciones celebradas el 30 de enero- la desvaneció ayer el propio Talabani. "Creo que el nuevo Gobierno no podrá anunciarse hoy [por ayer]", afirmó el mandatario, primer presidente kurdo de Irak. "Queremos ver también representados a los árabes suníes. A aquellos que no están representados en el Parlamento. Las negociaciones continúan sobre algunos ministerios", añadió Talabani.

Chiíes y kurdos, las dos comunidades que consiguieron mejores resultados en los comicios, se disputan los departamentos de Interior y del Petróleo.