Ambiente de duda

Los mercados de valores europeos no han conseguido superar del todo el efecto causado por los recortes del inicio de la semana y los inversores continúan aplicando la prudencia como principal elemento de decisión. Por contra, en la Bolsa estadounidense se aprovechaban los pocos datos positivos que había a mano para remontar posiciones y conseguir un ambiente más amable.

El Ibex 35 terminó esta sesión con un avance del 0,02% después de numerosas alternativas, con lo que se mantiene por encima de los 9.000 puntos en lo que más parece un gesto de supervivencia que una muestra de solidez, pues todavía ofrece pérdidas anuales. El índice general de la Bolsa de Madrid subió el 0,06%, para quedar en 972,97.

La contratación en el mercado continuo mejoró discretamente la del día anterior, pero sólo por parte de las operaciones institucionales, que sumaron 826 millones de euros. Las operaciones "abiertas" descendieron hasta los 2.131,90 millones de euros, lo que se interpretaba como una demostración de desconfianza por parte de los inversores, tanto particulares como profesionales.

La apertura al alza de la Bolsa de Nueva York, que entró a valorar el descenso en las peticiones semanales de subsidio de desempleo y algunos resultados empresariales positivos y dejó de lado la caída de los índices adelantados de marzo, no consiguió animar a los inversores europeos, que optaron por dejar las cosas como estaban al cierre de la sesión.

La Bolsa de París subió el 0,03%, y la de Francfort, el 0,36%, mientras que Londres bajaba el 0,05%.

La inversión europea parecía ayer mucho más preocupada que la de Estados Unidos por el discurso de Alan Greenspan, tal vez porque aquí hay más sensibilidad ante temas como el déficit público, la quiebra del sistema de pensiones o los problemas de la seguridad social, asuntos que no parecían preocupar demasiado a aquellos inversores. El índice Dow Jones de valores industriales ganaba el 2,06% a media sesión y parecía alejar el fantasma de la crisis.