Puig defiende la línea de Bescanó, pero CiU vota en contra en la Diputación de Girona
El proyecto de línea de 400.000 voltios entre la localidad de Bescanó (Gironès) y Francia no sólo extiende las chispas de la discrepancia en el seno del Gobierno tripartito, sino también en la oposición. A pesar de que el grupo de CiU en la Diputación de Girona votó el martes una moción a favor de la retirada del proyecto, junto con ERC e ICV, el portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, calificó ayer de "imprescindible" la línea y acusó a republicanos y ecosocialistas de "amenazar" el progreso económico de Cataluña con sus objeciones.
Felip Puig arremetió contra el Gobierno y calificó de "Bracons 2" las divergencias del tripartito sobre el proyecto, en alusión al trazado viario que el PSC acabó imponiendo a pesar de las reticencias de sus socios. El día antes, el portavoz de CiU en la Diputación y alcalde de Salt, Jaume Torramadé, justificó su voto favorable a una moción que pedía la retirada del único proyecto conocido hasta ahora -al que se oponen diversos alcaldes de la federación nacionalista- lamentando que el estudio sobre posibles trazados haya llegado a los ayuntamientos antes de que el Gobierno tome una decisión.
Torramadé aseguró que si la Generalitat hubiera hecho público el plan energético y hubiera justificado la necesidad de la línea, CiU no habría votado a favor de la moción. En ella se afirmaba que muchos municipios han considerado una "provocación" y una "injerencia" el hecho de conocer posibles trazados a través del Ministerio de Medio Ambiente, cuando la Generalitat todavía discute el proyecto.
Diferencias en el tripartito
La polémica continuaba ayer también en las filas del tripartito. Joan Boada, portavoz de ICV-EA, matizó que cuando Joaquim Nadal aseguró que existía "total acuerdo" sobre la línea en el seno del Ejecutivo, se calló la discrepancia en el voltaje. "Con 220 kilovoltios es más que suficiente", aseguró Boada, que está totalmente en contra de la conexión con la red francesa. Boada señaló que, aun así, existe un consenso sobre la conveniencia de dar respuesta a las "necesidades" energéticas del AVE y de la provincia de Girona.
No obstante, el consejero de Industria, Josep Maria Rañé, reiteró en Girona que "la línea tiene que ser de 400.000 voltios" para que sea "capaz de absorber las oscilaciones energéticas sin perjudicar al resto de los usuarios". Rañé dio por hecho que la línea se hará y mostró la voluntad de consensuar su trazado con los ayuntamientos para garantizar que tenga el menor impacto posible.
La diputada de ERC Teresa Aragonés se alineó, aunque con menor contundencia, con las tesis de ICV-EA, reconociendo que su partido no tiene constancia de que exista "algún acuerdo de gobierno que mencione la posibilidad de aprobar una línea de 400 kilovoltios que vaya más allá de Girona". La portavoz de ERC reconoció que "no es estrictamente necesario" un tendido de estas características y puso en duda la necesidad de la interconexión con Francia.
Respecto a la conflictiva línea de alta tensión, Maragall reconoció ayer en París que en el seno de su Gobieno existen "posturas matizadamente diferentes" y aseguró que "ahora la responsabilidad es del Gobierno catalán, que ha de ser capaz de diseñar un trazado que sea respetuoso con el medio ambiente", informa Octavi Martí.
Maragall dijo que el interés de Francia en el proyecto ayudaría a que el Gobierno catalán tomase una decisión al respecto. El presidente también admitió que Francia tiene "prácticamente definido" el trazado de alta tensión que llegará hasta los Pirineos.
Mientras, en la región del Rosellón (sur de Francia) la oposición a la línea es notable y va más allá de las barreras políticas, pues existe un sentimiento mayoritario contrario al proyecto, sobre todo cuando éste ha ido desplazándose a lo largo de toda la frontera, desde el País Vasco hasta el Mediterráneo, con diversas tentativas por los distintos y escasos pasos de la muralla pirenaica.
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