La riqueza inagotable del 27

Pedro Pérez-Clotet (Villaluenga del Rosario, Cádiz, 1902-Rota, 1966) es uno de los muchos nombres de la generación del 27 que, por su condición periférica, han sido calificados a menudo como poetas menores. Oscurecido por la imponente sombra de los Cernuda, Lorca y Alberti, y afectada su obra por la maldición de las tiradas cortas y dispersas, Pérez-Clotet era hasta ahora perfectamente desconocido para la gran masa de lectores. Una reciente edición de su producción completa en dos tomos, a cargo del malagueño Centro Cultural de la Generación del 27 bajo el cuidado del profesor José María Barrera, se propone restituirle al lugar que merece.

Barrera, profesor de literatura española de la Universidad de Sevilla y autor de 40 libros de divulgación crítica, asegura que este rescate de Pérez-Clotet "se enmarca en el esfuerzo de recuperar poetas olvidados de la generación de la vanguardia histórica española, como ya se ha hecho con Pedro Grafias, Rogelio Buendía o Rafael Porlan". Para el estudioso, el valor de Pérez-Clotet trasciende su legado estrictamente literario: "Fue un importante catalizador en torno a los núcleos poéticos de Cádiz durante los años veinte y treinta, y su papel como editor de la revista Isla es valiosísimo", subraya Barrera.

Más de 600 páginas abarca la poesía y la prosa completas de Pérez-Clotet. Presencia fiel, Soledades en vuelo, Noche del hombre o Como un sueño son algunos de sus títulos en verso, mientras que en el campo de la prosa destacan las notas reunidas en las dos entregas de su Tiempo Literario. "Tuvo una visión crítica muy cercana a la creación", explica Barrera. "Como folclorista, recuperó romances de Grazalema y Villaluenga, también impartió conferencias sobre el padre Coloma o la Sierra de Cádiz, entre otros temas. Cuando escribe sobre Rosalía, Quevedo o Fray Luis, hace comentarios muy acertados. Pero creo que su poesía, a pesar de haber visto la luz en tiradas muy limitadas, es su aportación más importante", opina.

Tarea ardua

Precisamente por esa condición limitada y dispersa de sus escritos, la recopilación de los textos de Pérez-Clotet ha sido una tarea ardua. "He tenido mucha ayuda de la familia, que se ha volcado en este proyecto", agradece Barrera. Tampoco había ningún estudio de conjunto sobre la obra del gaditano, por lo que el profesor ha tenido que adentrarse en un territorio literario casi virgen.

Ahora cabe preguntarse cuál es el justo lugar que ocupa Pérez-Clotet en un tiempo superpoblado de talentos poéticos. Barrera esboza una respuesta: "Al igual que otros nombres andaluces como Romero Murube, Laffón o Juan Sierra en su contexto, Pérez-Clotet constituye una figura central en el panorama gaditano, con gran repercusión fuera de las fronteras locales. Su trayectoria es la de su generación, y pasa por el neopopularismo, la poesía pura, el surrealismo, el realismo, el simbolismo, el verso existencial... Su obra viene a aumentar el valor de ese mosaico que fue la Generación del 27".

En el trabajo de Barrera hay también una voluntad de desterrar el sambenito de poeta menor que afecta a muchos de los autores citados. "Es una distinción siempre relativa, y falta todavía situar a todos esos nombres desconocidos, darles su lugar. Hay poetas de ámbito, digamos, más regional, pero que en absoluto eran localistas. Pero para valorarlos primero hay que conocerlos, hay que leerlos, rastrear su trayectoria humana y literaria", añade.

¿Qué encontrará el lector neófito que se aproxime a la obra de Pérez-Clotet? "Creo que la suya es una poesía muy existencial", responde Barrera. "A pesar de su simbolismo, la presencia de la noche, la sombra, el sueño, no es un autor difícil ni oscuro. Para él es muy importante el paisaje y el amor a la naturaleza como forma de entender la poesía, y también la amistad, como demuestran sus textos dedicados a Miguel Hernández, Emilio Prados o Luis Felipe Vivanco", dice.