Prioridades municipales en materia de tráfico

El alcalde de Madrid, como último responsable de la política municipal, debe saber cómo actúa el Ayuntamiento que preside en materia de tráfico y cuáles son sus auténticas prioridades. Quizá se haya preguntado alguna vez si habrá algo de verdad en las reiteradas acusaciones de que en esta materia el Ayuntamiento actúa movido por una irreprimible voracidad recaudatoria. Yo también me lo preguntaba. Ya no, por lo que sigue a continuación.

Una mañana del mes de junio del pasado año tuve que recoger en su casa, en la calle del Doce de Octubre, a mi madre, de 91 años, aquejada de una artritis reumatoide progresiva que limitaba notablemente su movilidad. Al no haber espacio libre junto al bordillo, tuve que dejar el coche junto al paso para peatones situado frente al portal, ocupándolo lo menos posible. Durante los minutos que me llevó bajar dificultosamente con mi madre hasta el coche, una extraordinariamente diligente controladora de estacionamiento, mezcla de Speedy González y Denunciator, con un extremado celo digno de mejor causa, había tenido tiempo de surgir de la nada, redactar un boletín de denuncia, colocarlo sobre el parabrisas y desaparecer sin dejar rastro.

Con una inocencia que reconozco impropia de una persona adulta, formulé un escrito de alegaciones justificando documentalmente el domicilio de mi madre y su edad. La respuesta del órgano instructor del expediente ha sido que las razones aducidas y/o las pruebas presentadas por mí no pueden considerarse suficientes para eximirme de responsabilidad.

Vea el señor alcalde a qué extremos ha llegado el Ayuntamiento que preside para llenar sus arcas. Aprovecharse de la enfermedad de una anciana para recaudar 84 euros puede que sea legal, pero es indigno.

En fin, como no todo va a ser negativo, propongo que se distinga a la controladora de estacionamiento que formuló la denuncia y a la persona responsable de la tramitación del expediente con la medalla al mérito recaudatorio.