"Turquía no retirará sus tropas de la isla si no hay un acuerdo de reunificación"
Tras una campaña política que no ha cesado desde hace dos años -cuando el veterano presidente, Rauf Denktas, mostró sus primeros signos de debilidad al permitir la libre circulación a través de la línea verde que divide Chipre-, el líder socialdemócrata turcochipriota, Mehmet Alí Talat, culminaba ayer, a los 53 años, el cambio en el poder en el norte de la isla.
Antes de que los votantes le respaldaran por cuarta y definitiva vez en las urnas en apenas 16 meses, Talat aseguraba a EL PAÍS que la pelota está ahora en el alero grecochipriota. "El secretario general de la ONU aún está esperando las propuestas del presidente [Tassos] Papadopoulos para introducir cambios en el plan de reunificación. A nosotros, Kofi Annan no nos ha solicitado nada; ya aprobamos el plan con el 65% de los votos (en el referéndum del 24 de abril de 2004)", advierte Talat, para quien la salida de Denktas ha convertido a Papadopoulos en el "gran intransigente" de Chipre ante la comunidad internacional. "Se ha vuelto un imitador de Denktas; es un clon que tiene casi el mismo discurso", ironiza este ingeniero electrónico nacido en una aldea de las montañas de Kirenia, al este de Nicosia.
"Como primera medida, voy a ponerme en contacto con Annan para que tome una iniciativa clara y pida a Papadopoulos que presente de una vez sus enmiendas al plan de reunificación de la ONU (que fracasó por el no grecochipriota en el referéndum)", adelanta el nuevo negociador máximo de la comunidad turcochipriota. "Pero también creo que la UE debe tener un papel en la solución al conflicto de Chipre", agrega Talat. "Turquía va a seguir apoyándonos, como siempre. Y su actual Gobierno, que tiene como objetivo la integración en la UE, también lo hará".
"Para que se puedan retirar las tropas turcas hace falta un acuerdo de reunificación de la isla. Es una condición previa. Las consecuencias de la salida del Ejército turco serían impredecibles", enfatiza el nuevo hombre fuerte del norte de Chipre, donde Turquía mantiene 35.000 soldados desde hace 30 años. "Sin contar con su protección, los turcochipriotas no podemos confiar en Papadopoulos, que acaba de declarar 2005 como Año de la EOKA (la guerrilla nacionalista grecochipriota que luchó contra las fuerzas coloniales británicas, antes de hostigar a la población turca de la isla). Sería muy peligroso y podría causar mucha tensión, incluso violentos incidentes", sostiene Talat, en una justificación de la presencia militar turca que por primera vez recuerda a los argumentos de Denktas.
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