El atenuante
El fútbol se ha convertido en uno de los más eficaces atenuantes para la delincuencia. Es, por formularlo al modo de Cervantes, el bálsamo de Fierabrás. Sólo así se explica que la Comunidad de Madrid se planteara cambiar el nombre de la estación de metro de Pirámides por la de Jesús Gil, un delincuente tan cavernoso como mediático que elevó la corrupción sobre el Everest y cuya imprudencia temeraria en la construcción llevó a la tumba a 58 personas en Los Ángeles de San Rafael. La coartada del fútbol convirtió a Gil en un chistoso charlatán, le facilitó el salto a la política y aseó su biografía al morir. Asimismo, en virtud de este principio perverso, cualquier club de fútbol se puede permitir deber millones de euros a Hacienda, incluso abundar en flagrantes trucos contables para camuflar su gravísima situación financiera, o hinchar los fichajes para sacar tajada sin que el ministerio intervenga y aplique la normativa, como haría de tratarse de un particular o una empresa. Ese mismo precepto disoluto hace que quede derogado el código de circulación, incluso conculcados los derechos más elementales de los ciudadanos, ante la celebración de cualquier victoria. Se puede viajar sobre el capó del coche, sentado en la ventanilla o chupando alcohol de forma visible sin que la policía repare en la infracción ni la sancione. El fútbol se ha convertido en el mejor instrumento para subvertir el sistema con la colaboración del sistema. Por eso tiene tantos adeptos y en sus directivas hay mayor gama de piratería que en sus días tuvo el Caribe. Ahora, haciendo pie en esas peculiaridades y con el pretexto de enjugar la deuda del Valencia SAD, su presidente, Juan Soler, ha proyectado un ambicioso plan urbanístico en el valle de Porxinos de Riba-roja que él mismo ha definido como "pelotazo", quizá porque revaloriza sus 69.000 acciones (el 40% del total) sin que ceda las plusvalías al club de sus amores. Y con la entusiasta colaboración de las administraciones local y autonómica. Lo que, unido a la estridente recalificación de Mestalla y a la operación de volumetrías, propiedad, financiación y gestión del nuevo estadio en la Avenida de las Cortes, suma tres pelotazos, tres. Mientras el equipo se ahoga en medio de la tabla.
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