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Reportaje:

Catorce minutos de satisfacciones

Dos estudiantes de Comunicación Audiovisual de Málaga ganan el Festival de Cortometrajes de la revista 'Fotogramas'

"Oye tío, ¿tú tienes 23 años, no? Es para saberlo cuando me pregunten en las entrevistas (...) Ya te llamo luego y te cuento". Miguel C. Rodríguez despacha por teléfono con su compañero de carrera y amigo Francisco Pérez, que se encuentra en Barcelona agotando la beca Séneca que obtuvo para este curso. La ausencia de Paco le ha dejado solo ante la pesada tarea de atender a los muchos medios de comunicación que les requieren y que a Miguel le están provocando ciertos problemas de agenda. A sus 21 años, este malagueño anda tratando de colocar su último cortometraje en cuanto festival de cine se celebre. Una tarea de promoción que a estos dos estudiantes de Comunicación Audiovisual les ha resultado menos farragosa ya que su corto Manolito Espinberg: una vie de cinéma se llevó el premio del jurado en el primer Festival de Cortometrajes que organiza la revista de cine Fotogramas.

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Un estreno con mucho 'glamour'

El corto es un falso documental que parte de las correrías de Manolito Espinberg, un director-pastor que sólo rueda con ovejas, y en él se tocan temas como el esnobismo cinematográfico y lo caprichoso de la inspiración. Rodado en Almería, Málaga y París, ha sido producido por la productora malagueña El Ático.

Este trabajo de video creación de 14 minutos de duración se impuso a otras 16 cintas finalistas y sus dos creadores obtuvieron un cuantioso botín: 3.000 euros, un curso monográfico de dirección de cine y un viaje para dos personas a Nueva Orleáns. Además, el corto ha sido distribuido en DVD con el último número de la revista Fotogramas, que tiene una tirada de 170.000 ejemplares.

Una difusión de su trabajo a la que Miguel y Paco ya están algo acostumbrados. Hace menos de un año, estos dos directores en ciernes vieron como un anuncio que hicieron para una campaña de consumo responsable de alcohol era proyectado en más de 1.700 cines de España y cómo otro anuncio suyo sobre prevención de drogodependencias era escogido para la campaña que organizó el Ayuntamiento de Roquetas de Mar (Almería), lugar de nacimiento de Paco.

Como su economía de estudiantes no es que se diga boyante, Miguel y Paco han aprovechado el dinero de los premios para sufragar los costes de sus nuevos proyectos. "Con los 4.000 euros del premio de la Asociación Nacional de Cerveceros nos lanzamos al proyecto de Manolito Espinberg. Con eso y con la ayuda que nos han prestado nuestros familiares, ya que algunos de ellos están ligados al mundo del cine", explica Miguel, que ya tiene en mente su próximo trabajo conjunto con Paco y también barrunta el que será su proyecto más ambicioso en solitario.

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Su cortometraje participará, dentro del festival de Málaga, en el concurso de video-creación local. "Participar en el Festival de Málaga es todo un lujo y un gran honor", dice Miguel, recordando cómo en la edición del pasado año él y Paco, cámara en ristre, se dedicaron a acosar a los actores y críticos cinematográficos que deambulaban por los alrededores del Teatro Cervantes para convertirlos en improvisados personajes de su corto.

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