Dos coches bomba causan 18 muertos y más de 30 heridos en pleno centro de Bagdad

Dos coches bomba estallaron ayer en Bagdad, junto al Ministerio del Interior, y llenaron de metralla y fuego una calle atestada de estudiantes, comerciantes y barrenderos. El atentado, a primera hora de la mañana, dejó por lo menos 18 muertos y 36 heridos, según datos que la policía facilitó a las agencias de prensa. Una hora antes, en Kirkuk, varios hombres armados asaltaron una comisaría y mataron a cinco policías y un civil. Se elevan así a 37 las víctimas mortales en dos días, lo que parece indicar un aumento de la violencia tras el declive apreciado a raíz de las elecciones de enero.

Los dos coches bomba de Bagdad estallaron con pocos minutos de diferencia cerca de un puesto de control policial situado frente al ministerio que controla la policía iraquí. Testigos de lo ocurrido, algunos con las manos y la ropa ensangrentadas por haber ayudado a trasladar a las víctimas, manifestaron que la primera explosión se produjo al paso de una patrulla.

"Vi los coches, uno detrás de otro, estallar enfrente de mis propios ojos", relató Imad Hashimi, que llevaba uno de los chalecos anaranjados fluorescentes con los que se uniforma a los barrenderos. "No sé cómo he sobrevivido", añadió.

Las explosiones provocaron grandes columnas de humo negro, mientras helicópteros militares estadounidenses sobrevolaban la zona, con los tiradores al acecho, barriendo su campo visual desde las mirillas de sus ametralladoras. En tierra, numerosas camionetas blancas de la policía se apresuraban a evacuar a los heridos y varios miembros de los servicios de rescate trasladaban en sus brazos a niños inertes.

Agentes de policía, que temían el estallido de nuevas bombas, disparaban al aire para tratar de disuadir a los civiles que llegaban corriendo en busca de noticias sobre familiares o colegas.

"¡Ualid! ¿Dónde está Ualid?", gritaba una mujer calle arriba mientras buscaba a su hijo. Sólo recuperó el aliento cuando alguien le dijo que su hijo estaba a salvo y andaba buscándola.

"¿Alí? ¿Alí?", buscaban varios barrenderos tras haberse dado cuenta de que faltaba uno de su equipo. Los cuerpos de los muertos permanecían tendidos en la mediana, algunos colocados por los equipos de rescate, otros simplemente lanzados allí por la onda expansiva.

Cerca de la ciudad norteña de Kirkuk, siete pistoleros dispararon contra una comisaría desde dos vehículos poco antes del amanecer. Cinco agentes y un civil perecieron en ese ataque, según informó el general de la policía Sarhat Qadir a la agencia Associated Press.

Varios pistoleros también alcanzaron a una patrulla de policía en la ciudad de Baquba, a unos 50 kilómetros al noreste de Bagdad. El teniente coronel Muzafar al Yuburi dijo que el ataque mató a un agente y dejó heridos a otros tres.

Además, un tercer coche bomba frente a una base militar estadounidense en Tikrit hirió a nueve civiles. El miércoles, otro coche bomba hizo explosión junto a la fortificada zona verde y mató a cinco iraquíes. Otra bomba estalló al paso de un convoy del Ministerio de Defensa que transportaba trabajadores civiles fuera de esa área fuertemente protegida del centro de Bagdad.