La carpa del Parlamento andaluz
Después de unos días de ausencia de esta ciudad de Sevilla, me he encontrado con la sorpresa de la "grandísima caseta" blanca (roja, verde y blanca hubiera sido mejor para todos), en los tan cuidados y elegantes jardines del Parlamento, que los transeúntes podemos disfrutar con la vista, siempre que nos dirigimos al hospital Macarena o a ese desorden de barriadas de la pobre zona norte.
No sé de quién ha sido la feliz idea. A lo mejor del nieto de un parlamentario, o de los hijitos nacidos de las segundas nupcias con la secretaria de uno de ellos, o de ellas, que suelen ser los más consentidos.
Yo pensé que era para un concurso de carnaval, pero alguno me comentaba que es para una gran chocolatada con ruedas de churros gigantes para las fiestas de Semana Santa, con la idea de hacer la festividad algo "laica",... poquito a poco.
La Semana Santa ha pasado y no hemos sido convocados por el olor del aceite, ni para refugiarnos de la lluvia mientras nos comíamos los calentitos.
Posiblemente sí será utilizado para un gran concurso de "sevillanas rocieras" en Feria, si es que llueve. Es tan grande que hasta cabría la "calle del infierno" enterita.
No he oído ninguna protesta, ni la voz de la comisión artística, ni la de Bernardo Bueno..., ¿cómo se puede permitir una agresión tan grande en el mismísimo rostro de una arquitectura tan maravillosa.
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