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España acepta que la ONU inspeccione las cárceles y comisarías periódicamente

Moratinos descarta concertar visitas de los Reyes o del presidente del Gobierno a EE UU

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, firmó ayer en la sede central de Naciones Unidas el Protocolo Facultativo a la Convención contra la Tortura, que permite a la ONU inspeccionar periódicamente las cárceles y demás centros de detención españoles. Moratinos no afrontará este tema con representantes de EE UU, que no ha asumido el nuevo mecanismo. Tampoco tiene previsto concertar con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, posibles viajes a Washington de los Reyes o del presidente del Gobierno.

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"No trae agendas de la Zarzuela ni de la Moncloa", dijo una fuente próxima al ministro, tras las entrevistas que éste mantuvo en Nueva York, antes de su cita de mañana con Rice.

La etapa neoyorkina de Moratinos tuvo por objeto la firma de dos acuerdos con la ONU. El relativo a la tortura sigue a la decisión adoptada por el Consejo de Ministros el pasado diciembre de asumir la convención promovida por Amnistía Internacional y aprobada por la Asamblea General el 18 de diciembre de 2002. El protocolo, que ha sido ya firmado por otros 33 países, el más importante el Reino Unido, y ratificado por siete, entrará en vigor cuando lo ratifiquen otros siete. España espera hacerlo en septiembre, según el ministro.

El protocolo establece un sistema de visitas periódicas a los centros de detención de los países signatarios, entendiéndose por tales "cualquier lugar bajo su jurisdicción donde pudieran encontrarse personas privadas de libertad", y, por tanto, cárceles, comisarías, instituciones de salud mental, centros militares de detención, centros de internamiento de inmigrantes, reformatorios juveniles, etcétera. Estas visitas, que se decidirán por sorteo, correrán a cargo de dos miembros del Subcomité para la Prevención de la Tortura, creado al efecto. El subcomité podrá programar luego visitas de seguimiento al país inspeccionado.

Aunque la ONU publicará un informe anual de estas actividades, los resultados de cada inspección son confidenciales, salvo que el Estado afectado decida lo contrario. Los inspectores serán libres de publicar sus conclusiones si el Estado inspeccionado lo hace antes, en todo o en parte.

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Este sistema, menos ambicioso que el adoptado a nivel europeo, con la posibilidad adicional de controles por sorpresa en casos de sospechas graves, se orienta a reforzar el aspecto preventivo de la lucha contra la tortura, superando el mecanismo vigente de relatores que actúan sólo cuando se detecta un problema grave.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tiene una mala experiencia con este sistema, ya que hace pocos meses el relator de turno trazó un panorama de la tortura en España engrosado con la inclusión acrítica de muchas opiniones del entorno etarra y unas conclusiones consideradas por Madrid improcedentes.

"La firma [del protocolo] muestra el compromiso definitivo del Gobierno con el Estado de Derecho y los derechos humanos como mejor arma contra el terrorismo. La mejor manera de combatir la tortura es comprometerse más, y eso hemos hecho", declaró ayer Moratinos.

Reforzar el multilateralismo

El ministro insistió, además, en "el refuerzo del multilateralismo eficaz" como objetivo prioritario del Gobierno, que explica el compromiso creciente en el marco de la ONU y la firma, también ayer, de un acuerdo español con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El Gobierno aportará los 20 millones de dólares de ayuda aprobados para Irak y otros dos adicionales. El intento de colocar al frente del PNUD al eurodiputado del PP Ignacio Salafranca ha fracasado debido a la competencia de otros candidatos de nivel institucional más alto, según explicó Moratinos.

El ministro, que, en ausencia del secretario general, Kofi Annan, se entrevistó con el subsecretario para asuntos legales, Nicholas Michael, y con el presidente de la Asamblea General, Jean Ping, se mostró, en cambio, confiado en que la Alianza de Civilizaciones promovida por Zapatero quede plasmada muy pronto en el organigrama de la ONU.

El ministro fue menos explícito sobre la visita bilateral que, a partir de hoy, realizará a EE UU. Dijo que se trata de reforzar una agenda común y de contactos "que no es baladí, ya es muy sólida", en la que existen áreas, como la de América Latina, donde la política española y estadounidense "coinciden en los objetivos, aunque no en el método ni en el enfoque". "Pero vamos a hablar, y por lo menos que exista un diálogo franco y sincero", dijo.

La agenda del ministro para hoy y mañana incluye, además de la entrevista con Rice, encuentros con parlamentarios, personalidades del mundo hispano y de organizaciones judías.

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