"El PNV ha logrado que los socialistas se pongan al servicio de sus caprichos"
Sus seguidores la escuchan con arrobo, y sus adversarios, con una mezcla de sorpresa y prevención. A María San Gil, la candidata a lehendakari por el PP y primera mujer que pugna por la presidencia del Gobierno vasco en nombre de uno de los principales partidos, esta campaña electoral le ha valido el reconocimiento dentro y fuera de Euskadi de sus dotes de líder.
Pregunta. El PP está haciendo una campaña muy callejera y no ha tenido incidentes.
Respuesta. Teníamos que llegar de alguna forma a los votantes y desistimos de hacer actos escondidos en los hoteles como si fuéramos los parias de esta sociedad. Es verdad que no ha habido un solo incidente. Aunque, por ejemplo, en Andoain, al repartir propaganda me sentí como si fuera la galerna, porque llegué a una plaza y la gente se empezó a levantar y a marcharse. Como cuando en la playa levanta la galerna y se va todo el mundo.
"Tengo mucha relación con personas de izquierdas, con las que comparto más cosas que con gente del PNV, que son de centro-derecha como yo"
"Ahora tenemos la sensación de que la calle es mucho más nuestra. Al recuperarla nos reafirmamos en que queremos estar y seguir aquí"
P. Hace cuatro años no hubieran sido posibles estos paseos por determinados pueblos.
R. Hace cuatro años la gente estaba más crispada, ETA estaba mucho más presente y había más miedo. Ahora tenemos la sensación de que la calle es mucho más nuestra y que, además, al hacer este acto reivindicativo de recuperar la calle, nos volvemos a reafirmar en que queremos estar aquí y que queremos seguir aquí. Y esto es muy importante.
P. ¿Y no cree que en esto ha tenido que ver el hecho de que sea usted la candidata en lugar de su predecesor, Jaime Mayor?
R. Creo que el momento influye mucho más que la persona. Hace cuatro años hubiera sido más difícil estar en la calle. Pero también es verdad que a Jaime le cuesta más ir al mercado porque es otro tipo de político, mientras que yo piso más la calle por mi influencia municipal.
P. Su apuesta por la política, más que vocacional, estuvo determinada por el asesinato de su jefe, Gregorio Ordóñez. ¿Cuál es su balance de estos 10 años?
R. Soy una privilegiada. Poder ser la candidata a lehendakari y presidenta del PP es un lujo.Ya sé que tiene un montón de inconvenientes, que he perdido calidad de vida, pero lo considero un privilegio. Yo no estoy aquí por sacrificio personal ni porque me esté martirizando, aunque es una gran responsabilidad.
P. Pues accedió usted forzada a la presidencia; casi a su pesar.
R. Porque me pesaba mucho la vida personal. Sabía que mi familia iba a salir perjudicada, y así es, porque no les veo casi. Pero el último empujón me lo dio mi marido: yo necesitaba que él me dijera que sí. Y sabiendo que está ahí, que iba a aguantar lo bien que está aguantando esto, me decidí. Hice esta apuesta consciente y creyendo que es un privilegio.
P. Ahora tiene ante sí una tarea muy difícil, cuando la tendencia del PP es descendente.
R. Es el peor momento. Después de haber perdido el Gobierno de Madrid, con un nacionalismo radicalizado y un cambio de estrategia del partido socialista.Pero soy ambiciosa y mi reto es mantener muy claro un espacio electoral, y lo estamos haciendo.
P. ¿El voto constitucionalista funciona como vaso comunicante entre el PP y el PSE-EE?
R. Sí, porque los nacionalistas se han empeñado en separar y hacer dos bloques muy claros. El bloque constitucionalista tiene su referencia en ser la alternativa y en que Ibarretxe vaya a la oposición.Sin embargo, Patxi López se ha desdibujado y ha abandonado el constitucionalismo que defiende el Estatuto, la derrota del terrorismo y que el PNV salga del Gobierno vasco. Vamos a ver qué pasa con esos vasos comunicantes.
P. ¿De ahí su insistencia en pedir el voto a los socialistas?
R. Estoy insistiendo en pedir el voto útil. Si los dirigentes políticos cambian de proyecto, los votantes tienen derecho a cambiar el voto. Aunque es verdad que las siglas hacen mucho, si un partido abandona lo que ha sido su espíritu y su proyecto el votante tendrá que buscar quien responda mejor. Y el voto en el País Vasco tiene mucho más de voto reflexivo y responsable que en otros sitios.
P. Usted tuvo el apoyo de sectores de la izquierda en su campaña municipal de San Sebastián, algo ciertamente atípico y singular.
R. En ningún otro sitio te encuentras que a una persona como a mí le presente la campaña municipal un sindicalista de Comisiones Obreras, y esto me lo hizo Juan Luis Fabo. Aquí tenemos lo mejor y lo peor. Lo mejor es que seamos capaces, sindicalistas y políticos, de aparcar nuestras diferencias para defender algo común para todos, como es la libertad. Son experiencias que enriquecen mucho y no se dan en ningún otro sitio. Yo tengo mucha relación con gente de izquierdas con las que comparto muchísimas más cosas que con dirigentes del PNV, que se supone que son de centroderecha, como yo.
P. Pero muchas plataformas ciudadanas, como ¡Basta Ya!, que impulsaron esas políticas unitarias, esta vez están calladas.
R. Es verdad. Aunque sé que algunas cosas de la política de Zapatero no están gustando, hay en esas plataformas muchos socialistas que ayudaron a que tanto el PP como el PSE lograran buenos resultados en las municipales. Ahora ese constitucionalismo unitario tan claro no existe, porque el PSE ha abandonado ese espacio y la defensa del Estatuto.
P. Ahora es una exigencia mayoritaria la modificación del Estatuto. ¿Se va a quedar fuera el PP?
R. Ya me gustaría ver que es mayoritaria... Patxi López aún no ha explicado qué mejoras a los problemas reales aporta la reforma estatutaria. La voluntad de reforma de los socialistas sólo obedece a dar una respuesta a los caprichos nacionalistas. Los nacionalistas llevan tanto tiempo con el discurso del agotamiento del Estatuto que han conseguido que el socialismo, en vez de decirles que no tienen razón, se ponga a su servicio y les haga un plan.
P. La referencia clara está en Cataluña, donde incluso el PP ha entrado a debatir sobre la reforma estatutaria.
R. Su referencia es [Pasqual] Maragall, que ha dicho claramente que él prefiere un Gobierno con el PNV. Ésa es su referencia. Pero el modelo catalán no tiene nada que ver con esto. Allí se han sentado en una ponencia, con un folio en blanco, y ya veremos qué sale. Yo antepongo a eso otras soluciones, como gobernar este país, que lleva seis años desgobernado. Y ante todo, no olvidemos que existe una banda terrorista a la que hay que derrotar. Y que no todos tenemos las mismas condiciones democráticas para defender nuestro proyecto.
P. ¿La existencia de ETA condiciona cualquier acuerdo político?
R. Primero tendremos que tener todos igualdad de condiciones para jugar al mismo juego. Cuando yo pueda ir al Goiherri a explicar que el Estatuto es el mejor marco de convivencia estaremos en esa situación. Los dirigentes nacionalistas se aprovechan de que existe ETA para ocupar espacios que no les corresponden. Acabemos primero con ETA y veremos luego si es tan imprescindible modificar el Estatuto.
P. ¿Cómo se puede acabar con ETA?
R. Queriendo acabar con ella. El Gobierno de [José María] Aznar tendría muchos fallos pero tuvo muy claro que a ETA no se le convence, se le vence. Que se ha terminado ese mito interiorizado por todos de que hay que sentarse con los terroristas a negociar qué les damos por dejar de matar. Para acabar con ETA hay que tener voluntad clara de derrotarla.
P. ¿Y no percibe esa clara voluntad en los socialistas?
R. El socialismo ha cambiado.En ocho años hemos hecho políticas conjuntas altamente eficaces recuperando espacios de libertad con la ley en la mano. Pero ahora están dando pasos atrás. Zapatero era hace ocho meses mucho más contundente y claro que ahora. Ahora viene aquí y no habla de los comunistas de las tierras vascas, sino que habla de referéndum y de reforma del Estatuto.
P. Ya que menciona a EHAK, hay quien afirma que su participación impedirá la mayoría absoluta del tripartito.
R. Eso es volver a engañarnos. Resulta decepcionante que tras haber logrado eliminar de las instituciones a los terroristas no lleguemos a tener un Parlamento democrático, la única institución que faltaba. Además, ellos ya han estado estos cuatro años apoyando al PNV en muchas leyes conjuntas. Estar ahora encantados porque no tiene mayoría absoluta es hacernos trampa. Son los mismos, y esto no se resuelve en clave de pragmatismo electoral, se trata de ética política, por Dios.
P. ¿Cree que la radicalización del PNV-EA es estratégica y no para obtener los votos abertzales?
R. Tienen el mismo proyecto y han ido a tiempos distintos. ETA de una manera y el PNV de otra, pero en este momento convergen claramente en el plan Ibarretxe.
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