La 'finezza' de la Feria de Abril

¿Tiene bigote? ¿Ojos azules? ¿Lleva gafas? Hay un juego de mesa que consiste en hacer este tipo de preguntas y conseguir saber quién es el personaje secreto. ¿Quién es quién? ¿Y por dónde anda? La Feria de Sevilla es un gran tablero social en el que todos tienen su oportunidad de adivinar y ser adivinados. De conocer y ser conocidos. Los encuentros pueden ser tantos como invitaciones para entrar en las casetas. Y entre todas las del Real, la de la Cadena SER ya es histórica. Con un cuarto de siglo de tradición, este espacio de fiesta celebró ayer su copa de recepción. La esquina que domina se convirtió en un parlamento improvisado donde se entremezclaban dirigentes políticos de todos los partidos y rebujitos; periodistas y cervecitas; artistas y manzanillas. Casi todos de la tierra. Y algo que picar.

La plana mayor del Partido Popular en Andalucía no perdió su turno en el juego favorito de la Feria: dejarse ver. Su presidente, Javier Arenas, les encabezaba. Detrás, Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz; Esperanza Oña, vicesecretaria general en Andalucía; y Antonio Sanz, portavoz popular en el Parlamento, entre otros. "Nos han invitado de muchas casetas. Siempre vamos. Y esta no es una excepción", explicaba Arenas, quien se sentó a conversar con algunos de los directivos del Grupo PRISA presentes, entre ellos Manuel de Polanco, presidente de GMI, y Augusto Delkáder, consejero delegado de la Cadena SER.

A unos metros de distancia y decenas de invitados, los principales del PSOE andaluz (con la baja de su presidente, Manuel Chaves, que se encontraba de viaje) hacían lo propio. La consejera de Salud, María Jesús Montero, luchaba, vestida con traje de flamenca, por mantener la flor fija en la cabeza de Micaela Navarro, consejera de Igualdad. "Es más difícil esto que llevar la consejería", reía Navarro. Con ella estaba Paulino Plata, consejero de Turismo; Rosa Torres, de Cultura, y Magdalena Álvarez, ministra de Fomento y muy aficionada a la Feria de Abril.

¿Pero cómo se comparte techo de lona y sudor entre adversarios ideológicos? "La grandeza de la Feria es la convivencia", opina el alcalde anfitrión, Alfredo Sánchez Monteseirín. Jaime Raynaud, portavoz del PP en el Ayuntamiento hispalense está de acuerdo: "Caseta viene de casa. Sus dueños te invitan y los desencuentros se dejan en la puerta. Prima la cordialidad".

Aunque este año, el capítulo de los políticos de Feria es especial. La sombra de las facturas falsas del distrito Macarena ha cubierto la política municipal de las últimas semanas. José Antonio Viera, secretario general del PSOE de Sevilla, sostiene que en estos días el ambiente no es malo, pero reconoce que no ha llegado en el mejor momento. "Han sido unos días duros y uno no se acostumbra al todo vale", afirma.

La Feria tiene estas cosas. Sus casetas crean una atmósfera de equilibrio en la que los distintos polos políticos se observan entre canapés, trajes de flamenca y sevillanas. Alguno la compara con la finezza vaticana. "¿Y eso qué es?", pregunta otro. "Pues mucho tacto y mano izquierda", le responden.