La viuda de Cogul declara en el juicio que Unió compró su silencio
Fargas afirma que Duran logró así que no implicase al partido en el 'caso Turismo'
Carme Fargas, la viuda de Joan Cogul, que fue director del Consorcio de Turismo de Cataluña, declaró ayer ante la Audiencia de Barcelona que el líder de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran Lleida, decidió pagarle 100.000 pesetas mensuales (unos 600 euros) durante año y medio para comprar su silencio en el caso y condicionar sus declaraciones, primero ante la fiscalía y posteriormente ante el juez instructor de manera que no implicase al partido.
Al inicio de la tercera sesión del juicio por la supuesta malversación de casi un millón de euros del Consorcio de Turismo de Cataluña, el fiscal Fernando Rodríguez reclamó del tribunal de la Sección Décima que Fargas realizase una ampliación de la declaración prestada el pasado 6 de abril, ante la información publicada ayer por EL PAÍS, que hacía referencia a esos pagos, efectuados en concepto de "trabajos realizados en nuestras comarcas". El tribunal accedió y fue entonces cuando la acusada acabó con la ambigüedad de hace una semana, que ayer le reprochó el fiscal, y fue contundente.
Fargas declaró ante el tribunal que oficialmente cobró esas 100.000 pesetas de Unió "por hacer militantes", pero que en realidad eran "una ayuda" para condicionar sus declaraciones ante la justicia y porque a su marido "lo habían dejado tirado", en alusión a los dirigentes del partido. "¿Quién decidió el pago?", preguntó el fiscal. "Unió", contestó. "¿Quién de Unió?", insistió el ministerio público. "El señor Duran Lleida", fue la respuesta. Más adelante, Fargas explicó que en aquella época, a mediados de 1998, su esposo mantuvo conversaciones con el líder democristiano en las que hablaron de las declaraciones que tenían que prestar en la fiscalía para no perjudicar al partido, del que Cogul se dio de baja en junio de 1998 al estallar el caso y "antes de recibir presiones", dijo la viuda. Cogul, principal inculpado en el caso, se suicidó en Manila en diciembre del año 2003.
"Invitación al silencio"
En el turno del abogado de la Generalitat, que ejerce la acusación particular, Joan Josep Queralt preguntó a la acusada: "¿Los pagos eran una invitación al silencio?". "En la ayuda entra eso", contestó Fargas. Más adelante interrogó Vladimir Blanes, en nombre de Iniciativa per Catalunya Verds, que también ejerce la acusación. "¿Se le pidió de Unió que no dijera ciertas cosas?", preguntó. "Sí, a mi marido", fue la respuesta.
Los pagos, explicó Fargas, se interrumpieron cuando marchó a vivir con su marido a Manila. Con todo, explicó que no cesaron las llamadas telefónicas de los dirigentes de Unió Josep Sánchez Llibre y Jordi Casas, que le prometían que no le "pasaría nada, pero que no vinculase el caso judicial con Unió".
Josep Antoni Duran Lleida negó ayer en Bilbao que esos pagos sirvieran para "comprar el silencio" de Fargas y aseguró: "No voy a entrar en esa novela rosa. Ella que diga lo que crea conveniente". Unió Democrática emitió anoche un comunicado en el que detalla que los pagos a Fargas sólo se realizaron entre marzo y octubre de 1998, y que esas retribuciones se hicieron extensivas a otras personas dentro de una campaña específica de captación de militantes. El comunicado también precisa que el juez no empezó investigar el caso hasta dos años después, en 2000, pero omite el hecho de que cuando Fargas cobró el dinero ya lo estaba investigando la fiscalía a raíz de la denuncia que presentaron Comisiones Obreras e ICV.
Por su parte, el secretario de organización del PSC, José Zaragoza, en un tono más que irónico, calificó ayer de "insolidario" al presidente de CiU, Artur Mas, porque "mira hacia otro lado cuando aparecen casos de irregularidades que afectan a UDC".
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