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Reportaje:

Alerta por polen

El frío del invierno retrasa la polinización de muchas plantas y los especialistas advierten del riesgo de disparar las alergias

Los alérgicos al polen han contado este año con un aliado inesperado: el frío invierno pasado. Las bajas temperaturas han retrasado la polinización de forma que a estas alturas de la primavera la situación dista bastante, en términos generales, de lo que suele ser común. Un ejemplo de ello es el ciprés. Esta planta suele florecer a finales del mes de enero, pero no ha sido hasta finales del mes pasado cuando se alcanzaron los mayores picos de presencia de polen de este árbol en el aire, con 500 granos por metro cúbico. Algo similar ha sucedido con el roble -hasta la primera semana de abril no se han alcanzado las mayores cuotas- o con los plátanos, unos árboles decorativos que han llegado a los 300 granos por metro cúbico también a principios de mes.

Pero, pese a ser responsables de un buen número de alergias, no son estas especies las principales responsables del picor nasal y de ojos, lagrimeo y estornudos que durante estas fechas afectará a más del 15% de los valencianos. Ni siquiera es un árbol. Se trata de la parietaria -conocida también como morella roquera o herba roquera- un matorral fácil de encontrar entre las paredes y los muros, pero también en escombros y vieja conocida por agricultores y jardineros como mala hierba. Como las anteriores, sus efectos tampoco están siguiendo el patrón habitual.

Habitualmente la polinización de esta planta, muy común en todo el Mediterráneo, es progresiva, moderada y prolongada. Pero cuando la entrada en la primavera es repentina y se pasa del frío al calor en poco tiempo, la polinización es más brusca. Estas circunstancias son las clásicas de los países nórdicos o climas continentales. Y la que podría producirse excepcionalmente este año, si comienza a hacer calor de forma sostenida, como es previsible... De esta forma, "lo normal es que haya una explosión polínica", como apuntaba ayer a este diario Antonio Basomba, el jefe del servicio de alergología del hospital La Fe de Valencia. Basomba destacó que de momento no se han alcanzado cifras importantes de parietaria -"las tasas son de 40 granos por metro cúbico frente a los 60 o más que son las habituales"-. Al frío se ha unido la lluvia de los últimos días "que ha limpiado de polen la atmósfera". Pero lo normal es que en los próximos días se retomen las temperaturas. "Si sube el termómetro y este ascenso viene acompañado por viento de poniente, los niveles van a subir mucho". El responsable de alergias de La Fe se mostró prudente ya que, como apuntó, el tiempo es imprevisible, pero advirtió de esta posibilidad "siempre en términos generales, ya que luego en cada microclima las condiciones son particulares".

Basomba recordó que hay muchos tipos de alergias, que afectan en torno al 15% de la población, de las que el 7% son atribuibles al polen.

A este respecto se refirió ayer también el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), que advirtió sobre la necesidad de favorecer un control adecuado de los medicamentos empleados en el tratamiento de los cuadros alérgicos, sobre todo, en el caso de los descongestivos y de los antihistamínicos, debido a "sus efectos secundarios y las interacciones que se pueden establecer con otros tratamientos".

En varios informes que se pueden consultar en la web http://www.portalfarma.com, recomiendan a los alérgicos al polen mantener cerradas las ventanas de su casa, especialmente durante la noche, ya que los pólenes son más abundantes durante la madrugada, disminuir las actividades al aire libre, controlar los niveles de polen que publican los organismos oficiales; evitar secar la ropa durante las fases máximas de polinización y acudir a la consulta del alergólogo.

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