Pasen, vean... y roben
El pasado martes por la noche abrieron mi coche y se llevaron todo, desde el equipo de radio hasta la documentación. Esto no es noticia, ocurre todos los días. De hecho es la segunda vez que me pasa en pocos meses. Lo que ya no es normal es que en Villanueva del Pardillo, un pueblo con pretensiones de ciudad residencial, los cacos puedan actuar y actúen con total tranquilidad. "¿Dónde podemos robar hoy? Pues vamos a Villanueva del Pardillo, que sólo tiene dos policías municipales".
Tengo la costumbre de leer el periódico, lo malo es que los amigos de lo ajeno, aunque parezca increíble, también leen. Villanueva del Pardillo sólo cuenta con dos policías municipales para 11.000 habitantes de derecho (cerca de 20.000 de hecho). No discuto que esto sea noticiable, que lo es, sobre todo para los vecinos que comprobamos, con estupor, que estamos solos ante el peligro. Lo que da miedo es que la noticia nos llega a todos; a los que por las noches cerramos a cal y canto nuestros hogares y a los que se frotan las manos viendo cómo en Villanueva del Pardillo pueden campar a sus anchas; muchas viviendas unifamiliares, muchos coches aparcados en sus calles, muchos comercios y ninguna vigilancia. Qué más se puede pedir.
Como vecina de Villanueva del Pardillo me preocupó mucho saber que mi seguridad y la de mi familia depende de dos voluntariosos policías municipales; me preocupa, y mucho, que, además, los profesionales del robo lo sepan. ¿Por qué no tenemos seguridad en Villanueva del Pardillo? ¿Por qué están vacantes las plazas de esos ocho policías que han dejado de prestar su servicio.
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