Por exceso o por defecto
La muerte de Juan Pablo II ha acaparado esta semana las parrillas de las cadenas, especialmente de la cuestionada TVE-1
"Exceso" es la palabra que más ha sonado estos días entre las voces críticas con la cobertura de la muerte del Papa en Televisión Española. La formación catalana Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) ha llegado a pedir una jornada de "ayuno televisivo" a quienes creen "necesaria una sociedad laica". Izquierda Unida (IU) tachó la retransmisión -24 horas sin descanso desde el fallecimiento del Pontífice polaco- de "desmesurada", e incluso los representantes del PSOE en el Consejo de Administración de RTVE censuraron el pasado jueves el "excesivo" tiempo dedicado a las exequias de Juan Pablo II, un criterio que comparten desde la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) hasta el teólogo Enrique Miret Magdalena.
El respaldo a la actuación de la cadena pública ha llegado en esta ocasión de los habitualmente críticos portavoces del Partido Popular (PP). Macarena Montesinos, representante de los populares en la Comisión de Control Parlamentaria de RTVE, comprendía el pasado lunes que "todos los medios de comunicación", públicos y privados, "han recogido a lo largo de estos días el interés que ha suscitado" la noticia.
La dirección de RTVE tomó nota de críticas y alabanzas, y defendió sus decisiones -una "apuesta informativa" hecha "con absoluta coordinación y con plena libertad"- amparándose en el cumplimiento de su "misión de servicio público". Hasta Roma desplazó un equipo compuesto por medio centenar de profesionales, que pusieron la máquina a trabajar a pleno rendimiento a las 21.37 del sábado, hora de la muerte de Karol Wojtyla. A las 21.55, Beatriz Ariño interrumpía la emisión de un reportaje de Informe semanal para dar la noticia, que hasta la medianoche del día siguiente se convirtió en un monográfico. Incluidos un debate dominical de cinco horas moderado por Lorenzo Milá y un largometraje biográfico en horario de máxima audiencia -De un país lejano- dirigido por Krzysztof Zanussi, amigo personal del Papa. Antena 3 retransmitió, como la cadena pública, la misa matinal desde el Vaticano; recuperó a Alfredo Urdaci, ex director de informativos de TVE, como comentarista papal, y en el prime time ofreció el reportaje Juan Pablo II: la historia jamás contada.
La audiencia respondió apuntándose masivamente a la fórmula 1 de Tele 5 -que suspendió la emisión del informativo de mediodía y que dosificó la información vaticana-, y el Gran Premio de Bahrein se convirtió en la carrera más vista en la historia de la televisión en España (5.335.000 espectadores y un 46,7% de cuota de pantalla). También barrió la comedia Aída (6.059.000, 34,7%) y Tele 5 registró su mejor domingo de la temporada, con un 29,3% de share.
A partir del lunes, la actualidad referente al relevo en la máxima magistratura católica se recondujo fundamentalmente hacia los espacios informativos, como los telediarios, los desayunos y puntuales retransmisiones, como la del traslado de los restos de Wojtyla hasta la basílica de San Pedro, seguido mayoritariamente por TVE-1. Pero los programas de entretenimiento también se subieron al carro, como en el caso de A tu lado, que envió a su páter, Carlos Fuentes -un habitual en los debates de Gran Hermano y similares-, a Roma. Fuentes se convirtió en el cronista alternativo de los magacines de Tele 5.
El entierro del Papa, el pasado viernes, cerró la intensa semana informativa. Más de 90 países recibieron en directo la señal conjunta que sirvieron la televisión italiana RAI y el Centro Televisivo Vaticano (CTV) -60 cámaras, 22 de ellas en la plaza de San Pedro, escenario de la ceremonia- y que en España tomó las parrillas matinales de todas las cadenas generalistas, las autonómicas y las de información continua, como CNN+.
La próxima será una semana de transición, a la espera de que el lunes 18 comience el cónclave que ha de elegir al sucesor de Juan Pablo II. Para cuando los 116 cardenales se encierren en el Vaticano, las televisiones ya tendrán lista una nueva batería de especiales con los que aliviar la espera de la fumata blanca.
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