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Columna
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Asimetrías

La política andaluza anda acosada por hechos ciertos y voces sobre esos hechos que lanzan desde Andalucía a toda España el mensaje de la corrupción y el cachondeo generalizado. No es bueno exagerar, ni parece justo tocar a rebato para que toda España se asombre, ante un asunto como el del Ayuntamiento sevillano, que sin duda no se puede pasar por alto y por eso ya han dimitido dos responsables políticos y se está haciendo una investigación sobre las evidencias ya conocidas y por si pudiera haber otras, afecten a quien afecten, como dicen desde IU, socio de gobierno del PSOE que es, en esta circunstancia quien más interesado debe estar por la transparencia y porque sea descubierto lo que tenga que ser, afecte a quien afecte. Pero a algunos se le pusieron los dientes largos con el asunto catalán del 3% y decidieron que no iban a consentir ni una discriminación, que ninguna comunidad puede ser más que otra y desde luego Andalucía, puestos a reivindicar, la primera. Así pues, si en Cataluña había corrupción, que no fueran a creer los catalanes que iban a estar solos, desde Andalucía se lanzaba un mensaje de corrupción generalizada para que Maragall se anduviera con cuidado. Ahora ya estamos igual, pensaron y no tenían razón. Mientras en Cataluña un asunto de muchísimo preocupar se despachaba en menos de una o dos semanas, con un todos a una a lavar los trapos en casa, o no, que lo importante es el estatuto, lo cual desde luego dista mucho de ser ejemplar, aquí se ponía en solfa toda la política, toda la vida, todo el futuro, todo el presente y todo lo que se moviera, para que se enteraran en el resto de España de cómo se las gasta en Andalucía una oposición reivindicativa y dispuesta a que ninguna comunidad se le ponga por delante.

Y, por cierto, si a Maragall se le calienta la boca en el Parlament, que vaya una de calentura en el Parlamento andaluz con Esperanza Oña, portavoz del PP, apuntando a ciegas y corrigiendo, no como Maragall, que eso es de cobardes, sino por derecho porque si el apellido de un señor, o de dos, que trabajan en la Junta de Andalucía, coinciden con los de la consejera de Gobernación, aunque no los conozca ni de vista, hay razón para acusar a la señora consejera de nepotismo y a otra cosa, mariposa. Buen rollito. Y si hay alguna asimetría, que sea a favor de Andalucía.

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