Piqué preguntará a Maragall sobre las funciones del comité de dirección del Gobierno

El líder del PP catalán, Josep Piqué, preguntará mañana al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, qué funciones concretas tendrá el comité de dirección del Gobierno que comenzará a reunirse en las próximas semanas para mejorar la coordinación del Ejecutivo. El comité, que se reunirá todos los lunes, no incluirá finalmente a la consejera de Interior, la socialista Montserrat Tura, cuyo puesto será ocupado por un consejero de Esquerra Republicana para responder así a las exigencias de este partido y equilibrar la representación de todos los grupos del tripartito.

Piqué hurgará, en la sesión de control al Gobierno de mañana en el Parlament, en la parálisis que, según él, afecta al Ejecutivo. En contreto, el líder del PP catalán preguntará a Maragall: "¿Cree que la solución a la falta de acción del Gobierno es la creación de comités de dirección o bien tener proyectos definidos, realistas, que den respuesta a las necesidades de los ciudadanos de Cataluña?".

Los populares trasladarán así al hemiciclo sus críticas por esta nueva decisión del tripartito que ayer verbalizó su portavoz, Francesc Vendrell. "Lo primero que debería hacer el comité de dirección es reunirse urgentemente para planificar las agendas de los consejeros". Vendrell insinuó que la creación de este núcleo duro del Gobierno sólo pretende promocionar "a dos consejeros en la carrera para la sucesión de Maragall", en referencia a Antoni Castells, de Economía, y Montserrat Tura, de Interior.

Pero este comité de dirección nace, sin embargo, con no pocos lastres y discrepancias. De entrada, el primer consejero, Josep Bargalló, máximo responsable de la coordinación del Gobierno, desmintió ayer inicialmente la creación de esta comisión, aunque acabó por confirmar que todos los lunes habrá reuniones de trabajo de un grupo reducido de consejeros y altos cargos en las que, en principio, participarán Pasqual Maragall; el propio Bargalló, el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura y el de Economía, Antoni Castells [véase EL PAÍS de ayer].

No estará, en cambio, Montserrat Tura quien, en contra de la voluntad de Maragall, cederá con toda probabilidad su puesto a un consejero de Esquerra todavía por determinar. Todo para satisfacer a los republicanos, que consideran escasa su presencia en ese organismo.

Este grupo de trabajo, que por ahora no tiene una denominación formal, se reunirá antes del almuerzo que semanalmente mantienen Maragall, Bargalló, Saura y el secretario del Gobierno, Ernest Maragall. Pero de este encuentro saltará el consejero portavoz y de Política Territorial, Joaquim Nadal -un habitual hasta ahora-, que será sustituido por el resto de consejeros del Gobierno que se turnarán aleatoriamente en función de la actualidad política.

El objetivo de todas estas reuniones y almuerzos no es otro que "dinamizar" la acción del Gobierno, según explicó Josep Bargalló en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu. El primer consejero no ahorró energías en defender la, según él, buena coordinación actual del Gobierno y en asegurar que todos estos cambios no son más que un intento para coordinar mejor las agendas de los diferentes consejeros y lograr así "mayor eficiencia" en las obligadas reuniones de todo ejecutivo.

Pero nadie en el Gobierno catalán se resiste a admitir que las crisis de los últimos meses han puesto en evidencia serias carencias organizativas en el seno del tripartito.

Nueva dirección general

Para evitar nuevos sobresaltos y acallar a una oposición especialmente beligerante con los cambios de rumbo del Ejecutivo, el Gobierno también aprobó ayer crear la Dirección General de Políticas Sectoriales. Esta nueva área debe planificar y ejecutar los programas que impulsa el primer consejero y que implican a más de un departamento. Al frente de esta dirección general estará un hombre de la máxima confianza de Bargalló: Josep Maria Jové, hasta ahora jefe de Gabinete del Secretario de Coordinación Interdepartamental, Apel.les Carod.

Los cambios estructurales del Gobierno y los problemas de éste para visualizar la velocidad de crucero que desde hace meses reclama Maragall generaron ayer no pocos comentarios por parte de la oposición. El portavoz parlamentario de Convergència i Unió, Felip Puig, consideró que las nuevas reuniones del lunes son una muestra más de la "crisis permanente" que, en su opinión, sufre el Gobierno. "Ya sólo les faltaba crear un comité de coordinación para coordinar todos los comités que tienen", afirmó.