La CHJ prevé acabar en 2006 dos obras básicas en cauces para proteger L'Horta de inundaciones

La protección de numerosas poblaciones del área metropolitana de Valencia contra las inundaciones está pendiente de la culminación de dos importantes obras de encauzamiento y restitución de barrancos que sufren desbordamientos. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) prevé terminar en la primavera de 2006 la obra para drenar las aguas de la cuenca del Carraixet y a finales de este año el acondicionamiento de parte del barranco del Poyo, con una inversión entre las dos de 47 millones de euros, mayoritariamente aportados por la Unión Europea. La defensa contra avenidas en la cuenca del Poyo se deberá completar con actuaciones en barrancos como La Saleta y Pozalet, aún en estudio.

La preservación de L'Albufera exige una intervención mínima en la zona del parque

El plan contra las avenidas en Valencia y su área metropolitana arrancó en los sesenta con la construcción del nuevo cauce del Turia y sólo ahora, décadas después, se aproxima el final de dos obras básicas para completar la red principal de drenaje de aguas: el sistema de barrancos del Carraixet y Palmaret en la zona norte, y la adaptación y restitución del cauce del Poyo -en algunos tramos llamado barranco de Torrent o Chiva- en la zona sur. En el caso del primero, la CHJ, responsable de los proyectos, prevé que el próximo otoño el cauce excavado ya pueda evitar inundaciones en L'Horta Nord, que alcanzan a pedanías de Valencia y sedes universitarias de la ciudad. En la primavera de 2006 la obra estará terminada. Mientras, la primera fase del encauzamiento de la rambla del Poyo, desde Paiporta a L'Albufera, acabará a finales de este año, aunque está pendiente el plan que cerrará la defensa contra avenidas con el control de barrancos como el del Pozalet y La Saleta.

Los dos proyectos de encauzamiento se asientan sobre un territorio, la comarca de L'Horta, con una densa red de infraestructuras y que ha experimentado un fuerte crecimiento. La transformación del territorio ha afectado a la red natural de drenaje de los ríos y se han realizado reducciones artificiales de cauces que también provocan graves problemas de inundaciones casi anuales.

Tras el encauzamiento a mediados de los noventa de los últimos cuatro kilómetros del Carraixet, la CHJ tiene en obras desde 2002 el tramo entre Tavernes Blanques y Alfara de Patriarca, y dos ramales que reconducirán las aguas de la cuenca del Palmaret -sin cauce definido- hacia este barranco, lo que evitará desbordamientos en una amplia zona de L'Horta Nord, donde las crecidas inundan localidades como Moncada, Foios y Alfara de Patriarca, o pedanías de Valencia como Carpesa y Borbotó. Los diversos tramos alcanzan un total de 9,5 kilómetros y su coste, en un 75% asignado a fondos Feder, es de 27,2 millones de euros. Las obras servirán de canal de desagüe a la zona media y alta de la cuenca del Carraixet y para drenar escorrentías superficiales, dando salida a caudales sin cauce natural. El Carraixet tendrá capacidad para 1.250 metros cúbicos de agua por segundo. Una ampliación de 1,5 kilómetros aguas arriba está en estudio en la CHJ.

El diseño y tramitación de la restitución del barranco del Poyo ha sido compleja y conflictiva. De momento está previsto concluir a final de año la primera fase, un tramo en Paiporta, Catarroja y Massanassa que se detiene a cuatro kilómetros de la desembocadura en el parque de L'Albufera. El coste es de 19,7 millones de euros, en un 85% provenientes de los fondos de cohesión europeos -el resto lo aporta el Gobierno-. Las obras se plantearon hace ya 10 años y han pasado por varias modificaciones y declaraciones de impacto, además de denuncias ecologistas por posible afección a L'Albufera.

El caudal máximo que puede asumir el barranco del Poyo para salvaguardar a las poblaciones sin que la obra afecte en exceso al territorio -teniendo en cuenta también las limitaciones que imponen las infraestructuras existentes- se fijó en 800 metros cúbicos por segundo, un aumento del 100%, explica el jefe del servicio de obras y proyectos de la CHJ, José López Garraulet, quien resalta que la obra, iniciada en noviembre de 2002, no se detiene en los trabajos en el cauce, sino que incluye correcciones en la cabecera del río con la reposición de la cubierta vegetal para que retenga agua.

En el área de L'Albufera la intervención es mínima -con la exigencia de preservar la zona de nidificación del martín pescador- y los últimos kilómetros del barranco no se tocan por decisión de la Generalitat. La obra emplea también entre Massanassa y Catarroja técnicas de restauración vegetal a partir de mallas asentadas en los taludes para reducir el impacto. En otros tramos de esta primera fase de la obra, que beneficia especialmente a Catarroja y Massanassa, ha sido necesario optar por un diseño más duro, explica la CHJ. El Ayuntamiento de Paiporta, secundado por protestas de una plataforma ciudadana, exigió en 2003 una restauración ecológica del cauce en su casco urbano que redujera la obra de hormigón. Finalmente, la CHJ realizará sólo obras de refuerzo en la zona urbana de Paiporta, mientras prepara nuevas fases de un plan global que abarca más de 40 kilómetros de barrancos, con el del Poyo como eje principal.