Los 400 crímenes sin castigo
La madre de una adolescente estrangulada en Ciudad Juárez visitó España en 2005 para llamar la atención sobre los cientos de mujeres asesinadas cada año y reclamar justicia
Alejandra García Andrade salió el 14 de febrero de 2001 de casa a las seis de la mañana en dirección al trabajo. Le pidió dinero a su madre para el autobús. Trabajaba para una empresa maquiladora (de las que importan materias primas para tratarlas y exportarlas) en Ciudad Juárez, población mexicana de dos millones de habitantes fronteriza con Estados Unidos, en el Estado desértico de Chihuahua.
Alejandra tenía ojos de color café; la nariz, respingona; medía un metro y 65 centímetros, y era de complexión delgada. Le gustaban las canciones de Paulina Rubio, y posaba como modelo junto a las secadoras y las bañeras de hidromasaje de su empresa. Quería ser periodista. La policía la encontró, siete días después de su desaparición, en un descampado frente a la empresa donde trabajaba. El forense dictaminó que su asesino la violó antes de asfixiarla de frente y presionando con los dedos pulgares en el cuello.
No hay cifras oficiales al respecto. Pero la asociación Nuestras Hijas de Regreso a Casa, que agrupa a 11 madres, calculaba entonces, que en los últimos 10 años habían muerto en Ciudad Juárez unas 400 mujeres, de las cuales 140 fueron estranguladas también de frente y con los pulgares.
Unas 140 mujeres murieron en Ciudad Juárez como Andrade, asfixiadas de frente y con los pulgares
La presidenta de Nuestras Hijas es Norma Andrade, profesora de 44 años, visitó España invitada por la Coordinadora de la Marcha Mundial de las Mujeres en la comarca de Bergantiños, en A Coruña.
"Nuestro objetivo es que se conozca la verdad. El Gobierno mexicano ha negado y desvirtuado lo que sucede. Ahorita, en 15 días, acaban de encontrar a cuatro jóvenes. Y el Gobierno no lo ha dado a conocer. Nos hemos enterado por la prensa o por las familias", indicó Andrade mediante entrevista telefónica.
Existen hipótesis sobre la autoría de los asesinatos para todos los gustos. Pero los familiares de las víctimas apuntan sobre todo a 10 nombres, los 10 personajes con más influencia y dinero de Ciudad Juárez. "Nosotros creemos que la misma policía judicial del Estado participa en estos hechos", indica Andrade.
Nuestras Hijas de Regreso a Casa es una de las tres asociaciones de mujeres muertas que hay en Ciudad Juárez. Imparten charlas de concienciación en los colegios, reparten gas pimienta entre las jóvenes para defenderse de los agresores y ofrecen asistencia psicológica. "En mi caso, cada hombre que veía por la calle me parecía que era el asesino de mi hija", recuerda Andrade.
Los miembros de la asociación se manifiestan por las calles cada vez que aparecen nuevos cadáveres de mujeres. Pero apenas suman unas cincuenta personas. "Muchos no acuden por indiferencia y otros por miedo. Cuando se encuentra algún cadáver, la gente se impresiona, pero pasan los días y parece que no ocurrió nada", indica Andrade.
La asociación de Norma Andrade ha colocado en la página de Internet www.mujeresdejuarez.org las direcciones de correo electrónico del presidente de México y del gobernador de Chihuahua. "Queremos que en el Gobierno sepan que ya no somos la minoría que éramos", indica Andrade.
Sobre las mujeres de Juárez hay siete obras de teatro, tres documentales, cuatro canciones y al menos tres libros; uno de ellos, Huesos en el desierto, de Sergio González Rodríguez, en la editorial Anagrama. Pero no dejan de caer mujeres.
"Hacía tiempo que no se localizaban cadáveres. Pero este año ya llevamos diez". Norma Andrade ha relatado la historia de su hija y las otras cientos de veces. Y asegura que no va a dejar de hacerlo. "Cuanto más la cuento, mejor me siento".
*Norma Andrade sigue en el activismo civil al frente de Nuestras Hijas de regreso a Casa junto con Marisela Ortiz, quien fue profesora de su hija. Ha sido atacada en varias ocasiones por desconocido. En 2016 sobrevivió a un ataque armado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.