La policía busca a un traumatólogo por el estrangulamiento de su pareja
Isabel Sánchez Blanco, de 43 años y madre de cuatro hijos, fue encontrada muerta a las siete de la tarde de ayer en el dormitorio de su vivienda, situada en la calle de Valdetorres de Jarama, 9 (distrito de Hortaleza), por su hermana y el portero de la finca. El cadáver presentaba signos de violencia, entre ellos cardenales y erosiones en el cuello, lo que hace sospechar a los investigadores que murió estrangulada.
F. L. G. M., de 48 años y traumatólogo del hospital Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares, es el supuesto autor del que sería la primera víctima mortal por violencia de género en la región, según los investigadores.
Él llamó a la hermana de la fallecida entre las cinco y las seis de la tarde y le comunicó que "había hecho una locura", según explicaron personas que estuvieron con el portero y la hermana de la fallecida tras el descubrimiento del cadáver.
La pareja, que convivía desde hace seis años en la vivienda, tenía dos hijos de corta edad, de entre cuatro y seis años. Los otros dos hijos de la mujer, adolescentes, eran fruto de una relación anterior.
"Una familiar ha llegado muy nerviosa a las siete de la tarde y le ha dicho al portero: 'Ábreme, que a mi hermana le ha pasado algo", explicó una vecina. Los dos subieron al piso noveno F y encontraron el cuerpo de la mujer tendido en el suelo. Su cuerpo estaba frío, por lo que los investigadores barajan la hipótesis que la muerte se produjo horas antes.
Tras el hallazgo, el portero bajó al vestíbulo de la finca para llamar al 112. Eran las 19.05 y el servicio de emergencias mandó al lugar una dotación del Cuerpo Nacional de Policía y una ambulancia del SUMMA. Un portavoz de este cuerpo explicó que los médicos sólo pudieron certificar la muerte de Isabel y esperar a la llegada del juez para poner el cadáver a su disposición. Tras tres horas de indagaciones, el juez ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para la realización, presumiblemente hoy, de la autopsia.
A las diez de la noche, una mujer de unos 60 años salió llorando de la urbanización en que vivía la pareja. "Es que conocía muy bien a la fallecida porque vive en el mismo bloque", explicó una amiga que la acompañaba. "Era muy buena persona. Bajaba muchas veces a visitarla porque sufre depresiones y se preocupaba por su vecina. Pasaban muchas horas juntas", añadió.
Ningún vecino dijo ayer haber presenciado peleas o disputas entre la pareja."No bajaban a las reuniones de la comunidad ni hacían mucha vida social, pero nunca vimos nada extraño entre ellos. Parecía una pareja normal", explicó una pareja de unos 50 años que también vive en el bloque.
Sin embargo, en la confidencia de las conversaciones entre vecinas, "nunca dijo que la pegara, pero sí de que algo pasaba entre ellos".
F. L.G.M. sufría depresiones y en los últimos meses había adelgazado mucho, según un vecino que le conocía. Un compañero del hospital Príncipe de Asturias le calificó como una "persona bastante arisca, muy introvertida y malhumorada". "No tenía muchos amigos en el hospital. Cuando estaba aquí, que últimamente no era muy a menudo, cumplía con sus horarios y se marchaba", añadió.
Fuentes del hospital confirmaron que las depresiones que sufría le habían obligado a tomar la baja en alguna ocasión, aunque no supieron precisar su situación laboral actual.
Los hijos de la pareja no estaban presentes en la vivienda en el momento del crimen, según las primeras indagaciones de la policía. En la noche de ayer se encontraban en el domicilio de la abuela materna.
La vivienda donde se produjo el crimen ocupa la novena planta de uno de los seis edificios que componen la urbanización Edificios Verena, que ocupa una manzana completa situada entre las calles Valdetorres de Jarama, Mar de Kara, Mar Caspio y Rogelio Muñoz.
Fuentes policiales confirmaron a las 23.30 de ayer que F.L.G.M. estaba siendo buscado en la región por la policía por su presunta implicación en el crimen. Estas mismas fuentes explicaron que F.L.G.M. carecía de antecedentes. La de Isabel Sánchez Blanco es la decimotercera muerte violenta en la región en los tres primeros meses de 2005. La última de ellas también se produjo, el pasado 12 de marzo, en el ámbito doméstico, cuando Jesús Díaz, de 37 años y enfermo de esquizofrenia, asestó 10 cuchilladas a su padre, Ramón Díaz García, de 62.
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