Héctor García, ingeniero informático
Este alicantino ha investigado en el laboratorio de Tim Berners-Lee en el CERN y ahora trabaja en Japón desarrollando un sistema de reconocimiento de voz
Lost in Traslation no es el caso de Héctor García, un ingeniero informático alicantino que se siente en Japón como pez en el agua.
A sus 24 años, ha cumplido ya algunos de los objetivos que se ha propuesto en su vida: tener un PC portátil, un móvil de última generación... trabajar en el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) y viajar a los cinco continentes. Todo ello lo cuenta desde su bitácora, Kirai.net, en la que se define como un geek (apasionado por la tecnología) en Japón. La web se ha convertido en un sitio sobre cultura y tecnología japonesas, con 20.000 visitas al mes.
En el CERN, donde hace 15 años se creó la World Wide Web gracias a Tim Berners Lee, García colaboró el pasado verano en la creación del primer buscador que funciona con GRID, una tecnología que une la potencia de varias máquinas para trabajar como una única superpotente. Esta aplicación es "una de las primeras aplicaciones de la historia que funciona sobre lo que en el futuro será la World Wide Grid", según García.
Acabada su estancia en el CERN, y sin tiempo ni para descansar, una beca Vulcanus le permitió ir a Japón. Allí participa en el proyecto Vorero, en el laboratorio de Tecnología de Asahi Kasei de Tokio, dedicado a los sistemas de reconocimiento de voz para sistemas GPS en automóviles o teléfonos móviles.
Hablarle al coche
"Mi tarea consiste en hacer que el sistema entienda español; que no nos extrañe a partir de 2006 encontrar coches con los que se pueda conversar. Por ejemplo, decirle: "Quiero ir al cajero automático más cercano"; y el sistema GPS nos guía hasta allí".
García afirma haberse acostumbrado plenamente a la vida japonesa, aunque echa de menos "la familia, los amigos, el pan y los embutidos". Quiere aclarar que ni los precios son tan altos, ni existe la huelga a la japonesa. "Los japoneses piensan que hacer daño a tu propia empresa es estúpido. Cuando hay algún problema se reúnen y pactan".
"Se pueden ver monjes budistas enviando e-mails con el móvil de última generación", cuenta. "Los móviles 3-G son una realidad. Internet funciona a velocidades de 100 Mbps, enviar e-mails con el móvil es algo normal (la tecnología SMS no existe aquí), pero es posible conectarse a Internet con el móvil a una velocidad de 2.4 Mbps...".
En septiembre se le acaba la beca; seguramente intentará pedir más becas y comenzar algún programa de doctorado. También está escribiendo un libro sobre sus aventuras en Japón. Mientras tanto, sigue trabajando, y aprendiendo el idioma. "Después de seis meses me puedo defender".
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