Las estrellas de Hollywood prestan su voz a los videojuegos

Película que aparece en cartelera, película que se traslada a las consolas de juego electrónico. Esta es la tendencia que las grandes compañías de creación de ocio digital están llevando a cabo en los últimos años.

La industria del juego electrónico crece cada año, en volumen de negocio y en títulos a la venta. Va más rápida que la cinematográfica, hasta el punto de tener que recurrir a las viejas glorias del celuloide. Es el caso de El Padrino, considerada una de las 10 mejores películas de la historia del cine y que en otoño se convertirá en un juego.

Por lo visto, Marlon Brando cedió sus derechos de imagen antes de morir. También realizó algunas sesiones de grabación de voz con los fabricantes para incluirlas en el título. El juego también tendrá a James Caan, Santino Sonny Corleone y a Robert Duvall, en el papel del consiguiere Tom Hagen. Aún no se ha confirmado la presencia de Robert de Niro o Al Pacino.

El objetivo del juego es convertirse en un mafioso respetado y formar parte de la familia para llegar a ser "il capo di capi". El género que han escogido en Electronics Arts para resucitar a Don Corleone y sus hijos es la acción en tercera persona en un mundo abierto con características en común con Grand Theft Auto, uno de los títulos más vendidos de la temporada y uno de los más criticados por sus grandes dosis de violencia.

Los problemas de la familia se podrán resolver con la fuerza, la diplomacia o una combinación de ambas. Por ejemplo, a un carnicero recién llegado al barrio se le podrán explicar con paciencia las ventajas de pagar un impuesto de protección o bien colocarle una pistola en la cabeza.

El estreno del título se espera para finales de este año para PlayStation 2, PC, Xbox e incluso para PSP, la nueva portátil de Sony.

La connivencia de cine y videojuegos beneficia a las dos industrias. Es una nueva fuente de ingresos para estudios y actores. Bruce Willis en La jungla de cristal y Vin Diesel en Crónicas de Riddick cedieron su imagen a los videojuegos basados en las películas que protagonizaron; de esta manera el título tiene más gancho. Incluso Vin Diesel tiene su propia compañía de videojuegos, Tigon Studios.

'Harry el Sucio'

Inspiraciones las hay de todo tipo, como en la serie 007, de la que se está preparando la adaptación de Desde Rusia con amor, con un Sean Connery digitalizado. También el galardonado en los Oscar de este año, Clint Eastwood, trabaja con Warner Bros en el videojuego Harry el Sucio, en el que el jugador interpretará al duro agente Callahan.

Otros actores, sin embargo, ceden únicamente la voz, como el caso de Thomas Jane, el actor que dio vida al personaje de The Punisher. En cambio, el modelo en 3D del personaje no será la imagen del actor sino una interpretación.

La opción de prestar la voz es mucho más habitual; los derechos de imagen es algo que los actores no venden tan fácilmente. Los actores de la trilogía The Matrix donaron su voz para Matrix Online, los de Galactica hacen lo propio con el programa basado en la serie de televisión, y en Driver, estrellas como Michael Madsen, Ving Rhames, Mickey Rourke o Michelle Rodriguez doblaron algunos personajes.

La industria sabe cómo sacar partido a una licencia cinematográfica. En la actualidad los derechos de imagen sobre cualquier producto basado en las películas quedan bien firmados contractualmente antes de filmar una sola secuencia. Disney o Warner Brothers ya están dando pasos para montar ellos mismos sus propios estudios de creación de videojuegos en vez de vender los derechos de sus películas.

La cantidad de títulos basados en éxitos cinematográficos hace pensar en la crisis de creatividad de la industria del ocio electrónico. Los grandes costes de desarrollo tienen como resultado que los fabricantes revisen una y otra vez títulos que ya han triunfado. Los riesgos de asumir un proyecto desde cero y totalmente innovador se afrontan cada vez menos.

Las grandes compañías apuestan por lanzar el mismo juego deportivo cada año o en explotar licencias cinematográficas aprovechando el filón que significa el éxito en pantalla.