Alemania, "avergonzada" por sus hinchas en Eslovenia
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) se mostró ayer consternada y ruborizada por los graves incidentes que provocaron en Celje (Eslovenia) los aficionados germanos que acudieron a apoyar a su selección en el partido amistoso que le enfrentó el sábado contra Eslovenia, a quince meses de que Alemania organice el mundial de 2006. "Este es un incidente muy, muy triste. Estamos avergonzados", dijo el presidente de la DFB, Gerhard Mayer-Vorfelder al disculparse por lo ocurrido. Antes, durante y después del partido Eslovenia-Alemania (0-1), los teutones protagonizaron disturbios que se saldaron con 52 detenidos, dos heridos, un hotel devastado, escaparates hechos cisco y coches destrozados.
El ministerio alemán de Interior condenó ayer los hechos y declaró que "hay que castigar a los autores con todo el peso de la ley". "Esto se llama simplemente criminalidad", dijo el capitán de la selección, Oliver Kahn. "Lo sentimos mucho y estamos avergonzados. Esto nos da muy mala imagen como anfitriones del mundial de 2006", declaró el seleccionador, Jürgen Klinsmann.
Alemania iba a presentarse ante Eslovenia con la cara amistosa que quiere ofrecer en el lema del mundial: El mundo entre amigos. Sin embargo, los hooligans alemanes mostraron otra cara muy distinta. Al salir del estadio se abalanzaron sobre Mayer-Vorfelder al grito de "Vorfelder fuera", hasta tal punto que las fuerzas de seguridad eslovenas tuvieron que intervenir para proteger al presidente. Mientras, en un polideportivo contiguo, Franz Beckenbauer, presidente del Comité Organizativo del mundial, explicaba despreocupado a la prensa eslovena lo amistoso que será el país anfitrión del próximo Mundial, sin imaginar lo que estaba ocurriendo fuera. A Mayer-Vorfelder, de 62 años, no se le habían olvidado ayer aún las "caras llenas de odio" de quienes le gritaron.
Beckenbauer criticó después la falta de coordinación entre las policías alemana y eslovena. "Esto no debe ocurrir. Cada uno de los aficionados violentos alemanes eran conocidos. Se ha subestimado la situación", dijo Beckenbauer, que descartó que algo así se pueda repetir en el Mundial. "Las fuerzas de seguridad alemanas son increíblemente buenas", añadió. Alemania había avisado a las autoridades eslovenas de que entre 200 y 250 de los seguidores que iban a acudir al partido eran "casos problemáticos". "Pero no tenemos poder legal ni real para impedir a esta gente que viaje", explicó el jefe de seguridad, Alfred Sengle.
Además, seis personas resultaron heridas y 20 fueron detenidas ayer en Estocolmo tras una pelea entre hinchas de dos clubes suecos, y 23 aficionados fueron detenidos tras el Chile-Uruguay (1-1) de clasificación para el Mundial.
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