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Crónica:DE LA POSGUERRA A LA TRANSICIÓN (III)
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Ayuntamiento de Valencia exalta la unidad de la lengua

Nos encontramos en 1951. La Comissió valenciana patrocinadora del Dicionari Català-Valencià-Balear, que presidía Nicolau-Primitiu Gómez Serrano, se dedicaba a preparar una gran exposición de la monumental obra iniciada en Mallorca por el clérigo mosén Antoni María Alcover y continuada por el también mallorquín, Francesc de Borja Moll, y por nuestro paisano Manuel Sanchis Guarner. La exposición se había celebrado, ya, en Barcelona. Y venía ahora a Valencia. Los responsables de la Obra del Diccionari habían decidido que la exposición recorriese todos los territorios donde se habla la lengua común para dar a conocer la magnitud e importancia del Diccionari y fomentar su difusión. En la exposición iban a figurar, además de una interesante bibliografía, mapas y gráficos detallados de todas las comarcas de aquellos territorios: de Cataluña, del País Valenciano y de las Islas Baleares, así como de Andorra, el Rosellón y la ciudad italiana de L'Alguer. Había que encontrar un local amplio y digno donde los valencianos pudiesen visitar con comodidad y detalle la exposición y escuchar las explicaciones de las personas encargadas de tal menester.

Fue el alcalde de Valencia, Baltasar Rull, quien al tener conocimiento de la importancia cultural de lo que se estaba proyectando, ofreció el propio Ayuntamiento y, en concreto, su patio acristalado, para instalar allí la exposición. Y así se hizo. La exposición se inauguró el 12 de diciembre de aquel año de 1951. El mismo día, el diario Las Provincias anunciaba el acto e informaba a sus lectores que "la explicación de la obra del Diccionari estará a cargo del filólogo valenciano Manuel Sanchis Guarner que, radicado en Mallorca, ha venido ex profeso con el director don Francisco de Borja Moll, acompañado de un grupo de intelectuales catalanes y mallorquines que se pondrá en contacto con la delegación valenciana para la difusión de dicha obra cultural". Y al día siguiente, Las Provincias daba noticia del acto con estas palabras: "Ayer, a última hora de la tarde, tuvo lugar en el patio acristalado del Ayuntamiento de Valencia la solemne inauguración de la exposición de la magnífica obra Diccionari Català-Valencià-Balear , de cuya importancia nos hemos ocupado en diversas ocasiones... La sesión de apertura tuvo una especial solemnidad y fue presidida por el alcalde de Valencia, don Baltasar Rull Villar, a quien acompañaban entre otras muchas personalidades, el director del Diccionari, don Francisco de Borja Moll, el filólogo Sanchis Guarner, el diputado provincial don Manuel González Martí, don Nicolás-Primitivo Gómez, don Agustín Alamán y otros más".

Y acaba el diario decano su reseña con estas palabras: "Por último, la Coral Polifónica Valentina prestó su colaboración al acto, interviniendo en él con el acierto característico que le es peculiar, interpretando La sardana de les Monges, una composición mallorquina, La sesta , y una valenciana, A la voreta del mar . Numeroso público asistió al acto inaugural y fueron muchos los valencianos que visitaron la exposición". No hace ninguna referencia Las Provincias a que las fuerzas de seguridad tuviesen que intervenir para impedir que grupos exaltados entrasen en el patio acristalado, donde se celebraba la exposición, con el fin de boicotear el acto gritando "mos volen furtar la llengua", "no mos fareu catalans", etcétera... Estas cosas que pasan todavía hoy, en Valencia, eran impensables en aquellos años. El hecho es que durante el franquismo, y en los años iniciales en que el régimen se mostraba con más dureza, un alcalde de la derecha valenciana, Baltasar Rull, ofrece el ayuntamiento del cap i casal para un acto cultural en que se exponía y explicaba, con toda claridad, la unidad de la lengua. Esto hoy, y en democracia, seria totalmente imposible en Valencia. Y es que los políticos y personas relevantes de la derecha valenciana, independientemente de su franquismo mayor o menor, tenían algo que ahora se echa en falta en sus descendientes: el sentido común. Y su nivel cultural.

Y más imposible, todavía, sería lo que explica Las Provincias que sucedió al cumplir la exposición su primera semana abierta al público, el domingo día 19 de aquel mes de diciembre: "Otra vez, muchos centenares de conciudadanos nuestros, movilizados por esa llamada que el abogado valenciano Vicente Giner Boira ha conseguido hacer casi taumatúrgica, a través de su emisión Valenciano conoce tu tierra de Radio Nacional, han formado una interminable cinta humana para visitar las cosas de Valencia dignas de ser visitadas. El domingo se hizo esta visita multitudinaria a la Exposición del Diccionari Català-Valencià-Balear , realizándose en un interminable y ordenado desfile de grupos, con un total cercano a las cuatro mil personas, que fueron atendidas e ilustradas por el presidente de la Comisión valenciana del Diccionari, Nicolás Primitivo, por el miembro de la de Cataluña, don Juan Mateu y, especialmente, por el lustre filólogo valenciano Sanchis Guarner, el cual hubo de repetir diez veces sus amenas explicaciones al sucederse los grandes contingentes humanos que llenaron otras tantas veces el local".

Para terminar esta crónica, reproduzco a continuación los nombres de las personalidades que formaban parte de la Comisión valenciana patrocinadora del Diccionari : Presidente: Nicolau-Primitiu Gómez Serrano. Y como miembros, por orden alfabético: Agustí Alamán i Rodrigo, Francisco Alcayde Vilar, Emili Beüt, Joan Bta. Carles i Llemosí, Salvador Carreres i Zacarés, Francisco Cerdá Reig, Martí Domínguez i Barberà, Enric Durán i Tortajada, el marqués de Valverde Salvador Ferrandis i Luna, Domingo Fletcher Valls, Joan Fuster i Ortells, Josep Giner i March, Manuel González i Martí, Leopoldo Martínez Vidal, José Ombuena Antiñolo, Manuel Palau, Adolf Pizcuela, Joaquim Reig, Baltasar Rull Villar, Carles Salvador, el barón de San Petrillo, mosén Vicent Sorribes, Maximilià Thous i Llorens, Ignasi Villalonga y Arturo Zabalza. He aquí un grupo de valencianos bien significativos de la derecha y de la izquierda, de las finanzas, de la política, de la universidad, escritores e intelectuales, músicos... todos formando parte de una Comisión en defensa de la unidad de la lengua y que hoy en día, en la ciudad de Valencia, serían insultados y acusados de "catalanistas", "valencianos renegados" -omito citar epítetos más contundentes- por quienes todos sabemos. Y sólo por aceptar y promover la unidad de la lengua. Es decir, por ser personas sensatas y cultas.

No había entonces enfrentamientos por causa de la unidad lingüística. Era algo que todos aceptaban con naturalidad y sin problemas. De todas formas, una cosa queda clara: la unidad de la lengua no era un problema sino algo positivo para todos, y que era exaltada por el propio Ayuntamiento de Valencia con la asistencia masiva de los ciudadanos.

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