Taiwan se manifiesta contra las amenazas de Pekín

En una de las mayores protestas de la historia de Taiwan, cientos de miles de ciudadanos tomaron ayer las calles de Taipei para rechazar la llamada Ley Antisecesión aprobada hace dos semanas por Pekín. Los manifestantes recorrieron 10 de las principales vías de la capital, en referencia a los 10 artículos de esta legislación que autoriza al Ejército chino a atacar la isla si declara la independencia. El presidente, Chen Shui-bian, que participó en la marcha, ha acusado a China de poner en peligro el frágil equilibrio en la zona, mientras que Pekín asegura que su único objetivo es la reunificación pacífica.

Bajo el eslogan "Salvaguarda la democracia, ama la paz y protege Taiwan", 240.000 personas, según la policía, y un millón, según los organizadores, recorrieron la ciudad para mostrar su oposición a una ley que ha provocado las críticas no sólo del Gobierno de Taipei, sino también de EE UU, que la ha calificado de "desafortunada" y de amenaza para las relaciones en el Estrecho. Pekín considera la isla parte de su territorio y ha desafiado con invadirla si declara la soberanía formal.

Chen decidió el pasado jueves participar en la concentración para "gritar bien alto al otro lado" que los ciudadanos taiwaneses quieren democracia, paz y están contra la guerra. Su intención, y la de su partido (el Partido Democrático Progresista), era congregar a un millón de ciudadanos. El presidente no se dirigió ayer a la multitud para evitar alimentar el sentimiento antichino.

Entre los manifestantes estuvieron el primer ministro, Frank Hsieh, y el ex presidente Lee Teng-hui -el líder espiritual del independentismo taiwanés-, que encabezó uno de los grupos. Los líderes de la oposición no participaron en la manifestación, ya que, según dijeron, no ayudará a calmar las tensiones con China. "No creemos que sea la respuesta adecuada a la Ley Antisecesión. Ambos Gobiernos deberían evitar tomar más medidas que conduzcan al enfrentamiento, ya que la economía de Taiwan depende en gran medida de la fuerza laboral y del mercado chinos", dijo Din Shou-zhong, del Kuomintang (KMT), el partido nacionalista.

Para quienes acudieron se trató de mostrar la repulsa a lo que consideran las amenazas de Pekín. "La gente en Taiwan tiene diferentes opiniones sobre si debemos ser independientes o formar parte de una única China, pero la Ley Antisecesión nos ha unido", afirmaba ayer desde Taipei Harry Chang, un estudiante de Ciencias Políticas de 24 años de la Universidad Nacional de Taipei, después de finalizar la marcha. "La Ley Antisecesión ha cruzado la línea roja. Los taiwaneses compartimos todos una cosa, y es el derecho a elegir nuestro propio destino", dice Chang, quien ha liderado una sentada en su universidad contra la legislación china.