Las cajas confían en que sus alianzas estratégicas fructifiquen en tres meses
Las entidades de crédito de Euskadi y Navarra ganaron más de 531 millones en 2004
La palabra fusión ha desaparecido del vocabulario de las cajas de ahorro vascas, sustituida por los términos confianza y alianzas estratégicas. El cambio en la relación entre las entidades viene marcado básicamente por un factor: el relevo en la cúpulas de la BBK, la Kutxa y la Vital, que ha desbloqueado las alianzas. Las tres entidades, junto a Caja Navarra, han abierto nuevas vías de colaboración respetando su autonomía. En la Federación Vasco Navarra de Cajas de Ahorro ya existen grupos de trabajo en asesoría jurídica, negocio, secretarías generales, obra social, informática o riesgos y dentro de dos o tres meses las entidades creen que se podrán ver los primeros resultados de sus alianzas.
Xabier de Irala, presidente de la BBK, la primera caja vasca, anunciaba las alianzas estratégicas dentro de la federación el pasado 11 de marzo durante la asamblea general de la entidad vizcaína. Irala, quien llegó a la presidencia de la BBK en septiembre de 2003, habló de "confianza" y respeto a la autonomía de las otras cajas, una de las claves de los acuerdos. Su modelo es el sector aéreo, en el que como presidente de Iberia pactó múltiples acuerdos sin cerrar una sola fusión.
Carlos Etxepare, presidente de la Kutxa, quien tomó posesión del cargo en abril de 2004, confirmó el nuevo rumbo en su propia asamblea, siete días después. De hecho, la colaboración ya ha empezado.
Las viejas suspicacias que existían en las dos entidades, ambas en la órbita del nacionalismo, han desaparecido con la salida de su anteriores presidentes: José Ignacio Berroeta (BBK) y Fernando Spagnolo (Kutxa). La Vital, donde predominan los constitucionalistas y con un nuevo presidente, Gregorio Rojo, nombrado ahora hace un año, ha terminado de facilitar las cosas. Se trata de buscar "el crecimiento rentable" como objetivo por la necesidad de ganar nuevas cuotas de mercado a través de las economías de escala, en palabras de Irala.
Fuentes de las cajas recalcan que no hay más que mirar a sus nuevos mandatarios para darse cuenta de que provienen de ámbitos más abiertos a la negociación. Rojo, empresario y político, está acostumbrado al pacto. Irala llega de un sector, la aviación comercial, que ha basado su supervivencia en las alianzas estratégicas. Etxepare fue un hombre de conseso en Guipúzcoa.
Dentro de la Federación de Cajas ya existían grupos de trabajo para buscar estrategias comunes, pero no funcionaban. Ahora se busca identificar proyectos comunes, desarrollar productos y comercializarlos. Hasta ahora, las tres cajas vascas respetaban sus territorios naturales y colaboraban intensamente en tres sociedades: Norbolsa, para las cuestiones del mercado de valores; Servata, dedicada a las tasaciones, y Viarco, especializada en seguros. En ninguna de las tres figura Caja Navara.
Sin embargo, las tres cajas vascas se han sumado ya a uno de los proyectos emblemáticos de la entidad navarra, Vialogos. El objetivo de este programa es aportar valor añadido al tejido empresarial a través de la oferta de servicios de información, financieros y de apoyo al desarrollo del negocio. Un total de 13 entidades participan en la actualidad en este programa. Junto a las cajas vascas y navarra figuran allí El Monte, Caixanova, Caja Duero, Caixa Manresa, Caja Granada, Sa Nostra, Caja Canarias, Caja Extremadura y Caja Cantabria.
Caja Navarra ha duplicado desde la puesta en marcha de este programa el volumen de su inversión crediticia en empresas. Vialogos se basa en una metodología que incluye la elaboración de una encuesta entre las compañías para conocer las distintas opiniones sobre la forma de mejorar la relación entidad-empresa, así como la exposición pública de los resultados de esta investigación y la asunción de compromisos tangibles. Incluye también la posibilidad de prestar servicios financieros fuera del territorio de cada caja.
Otro área en la que se han empezado a dar los primeros pasos es en los microcréditos a personas en situación de exclusión social. La experiencia de la fundación BBK Solidarioa facilita la puesta en marcha de este proyecto en otras entidades.
Estas iniciativas son apenas los primeros pasos. Las cajas no se han puesto objetivos ni se han marcado plazos. Sin embargo, reconocen que en dos o tres meses se pueden ver los primeros resultados. "Hemos empezado a poner en común elementos que favorecen la relación con el cliente", aseguran y añaden que es esencial que no se perciba una vulneración de los valores de cada entidad. Ya han compartido material sobre obra social, informática, terminales, sistemas de venta por cajeros,...
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