Rice reclama "un sistema político más abierto" a las autoridades chinas
La secretaria de Estado de EE UU aboga por la libertad religiosa en el país asiático
La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, puso ayer fin a su gira asiática con una llamada directa a las autoridades chinas para que acometan la democratización del país. "Hemos hablado bastante sobre la necesidad de que China piense en un sistema político más abierto, que se equipare a su apertura económica y permita la plena creatividad de su gente", dijo, eligiendo muy bien sus palabras, tras entrevistarse con el ministro de Asuntos Exteriores, Li Zhaoxing. La jefa de la diplomacia estadounidense reclamó también libertad religiosa para los ciudadanos.
La petición de cambios políticos realizada por Rice contrasta con las tajantes declaraciones efectuadas en septiembre pasado por el presidente chino, Hu Jintao, quien descartó la posibilidad de instaurar una democracia de estilo occidental. Según Hu, "la historia muestra que copiar de forma indiscriminada los sistemas políticos occidentales conduce a un callejón sin salida". Rice asegura que la apertura económica no puede caminar separada de la política durante mucho tiempo, por lo que Pekín deberá adoptar un Gobierno verdaderamente representativo si pretende aprovechar los beneficios y responder a los desafíos que presenta la globalización.
Si los líderes chinos miran a su alrededor en Asia, "verán que la democracia funciona; verán que la libertad religiosa y el respeto de los derechos humanos son parte de los cimientos de las sociedades decentes y con éxito", había afirmado Rice previamente en Japón.
China asegura que es un país democrático, en el que el pueblo es "el dueño de la nación" y que la prioridad es mantener el dominio del Partido Comunista Chino (PCCh). Aunque las autoridades han introducido elecciones directas en más de 600.000 pueblos, se niegan a convocarlas a niveles más altos y prohíben la formación de nuevos partidos políticos. Cualquier movimiento que pueda poner en peligro la continuidad del PCCh es atajado sin contemplaciones y los disidentes son encarcelados. El Gobierno sí ha mostrado, sin embargo, su intención de introducir más transparencia y potenciar la lucha contra la corrupción en la Administración y en el partido.
Pocos días antes de la llegada de Rice a Pekín, las autoridades liberaron a una disidente de la provincia musulmana de Xinjiang y, al mismo tiempo, Washington anunció que no sometería a censura a China en la sesión anual de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Estados Unidos afirma que ha tomado esta decisión porque ve que en el último año el gigante asiático ha dado algunos "pasos significativos", como conceder a los presos condenados por delitos políticos los mismos derechos de libertad condicional y reducción de sentencia que a otros encarcelados.
Un factor positivo
Rice dijo que los dirigentes no deben ver la religión como una amenaza, sino todo lo contrario. "Las comunidades religiosas (...) muy a menudo son un factor positivo para la estabilidad y la compasión en las sociedades que están experimentando un cambio rápido", afirmó. Pekín prohíbe el culto fuera de las organizaciones aprobadas por el partido.
La secretaria de Estado trasladó a los líderes chinos la esperanza de que "mejoren las relaciones con la Iglesia católica y los representantes del Dalai Lama, para que los tibetanos puedan ejercer sus intereses culturales".
Pekín no reconoce la autoridad del Papa, y ha descartado mantener conversaciones con el líder espiritual tibetano en el exilio hasta que renuncie de forma clara a la búsqueda de la independencia de Tíbet y manifieste que Tíbet y Taiwan son parte inalienable de China.
Nueva advertencia a Corea del Norte
En el último día de su viaje por Asia, que le ha llevado a seis países, Condoleezza Rice recordó de nuevo la necesidad de que Corea del Norte regrese a la mesa de negociaciones para poner fin a su programa nuclear.
Rice fue un paso más allá y advirtió de que Washington y sus aliados asiáticos tendrán que utilizar "otras opciones" si Pyongyang elude las conversaciones, que se encuentran congeladas desde junio de 2004. Aunque no entró en detalles, las "otras opciones" podrían ser la búsqueda de la aprobación de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, como ha pedido la línea dura de la Administración del presidente Bush.
Estados Unidos ha asegurado repetidas veces que no pretende atacar a Corea del Norte. Pyongyang acusó ayer a Washington de injerencia por criticar el incremento del poderío militar chino y mostró su "total apoyo" a la ley antisecesión contra Taiwan aprobada por Pekín el pasado día 14.
La secretaria de Estado aseguró ayer que el previsto levantamiento del embargo de armas europeo a Pekín, que fue impuesto tras la matanza de Tiananmen en 1989, podría alterar el equilibrio militar en Asia.
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