ETA asume ocho atentados en Alicante, Madrid y Euskadi

La organización terrorista ETA difundió ayer un comunicado a través del diario Gara en el que asume ocho atentados, perpetrados durante los meses de enero y febrero en Madrid, Alicante y el País Vasco. Los ataques respondieron, según cuenta la banda en su nota, a la negativa de algunos empresarios a pagar la extorsión que denominan impuesto revolucionario, a la campaña contra intereses turísticos y económicos españoles o al intento de amedrentar con bombas a la "oligarquía" vasca que "actúa en contra de la resolución política y democrática del conflicto".

Cuatro de los atentados, perpetrados casi simultáneamente el 8 de enero, fueron dirigidos, según pretende justificar ETA, contra quienes se han negado "a dar dinero en favor de la liberación de Euskal Herria". Ésa fue la causa de la bomba colocada en la empresa Grúas Goierri, en Ordizia (Guipúzcoa); la de otro explosivo situado en un camión de la empresa de transportes DHL, en San Sebastián, y los dos artefactos dirigidos contra la firma de compraventa de coches Mercedes Agal, en Deusto y Barakaldo (Vizcaya). ETA aclara que la bomba de Barakaldo "no estalló como era debido".

Contra "la oligarquía"

La banda asume un quinto ataque, el de mayor envergadura: el perpetrado el 18 de enero en el exclusivo barrio de Neguri (Getxo, Vizcaya), donde los terroristas hicieron estallar un coche bomba cargado con 40 kilos de explosivos y una cantidad indeterminada de clavos como metralla. ETA dice que la acción iba dirigida "contra los responsables políticos y económicos que fomentan la represión contra Euskal Herria y actúan en contra de la resolución política y democrática del conflicto".

La bomba pretendía dañar "los bienes de los poderosos" y de "miembros significativos de la oligarquía". A continuación, el comunicado da un listado de nombres de personas que viven en el área de la explosión, de las que llega a dar su cargo en las empresas que dirigen.

El tercer bloque de reivindicación es el de los atentados contra "intereses económicos de España". Son la bomba que estalló el 30 de enero en el hotel Port Dènia (Dènia, Alicante); la explosión de un coche bomba en el Recinto Ferial Juan Carlos I, en Madrid, el 9 de febrero, día que los Reyes iban a inaugurar la feria internacional de arte Arco, y, finalmente, la colocación de un explosivo en la residencia de vacaciones que tiene el BBVA en la localidad alicantina de Vilajoiosa, el 27 del mes pasado.

Ninguno de los atentados provocó víctimas mortales, pero en el de Getxo resultó herido un miembro de la Ertzaintza y en el de Dènia un cliente del hotel sufrió rotura de tímpanos.