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Reportaje:

Aletargados por falta de acuerdo

Los MVNO no han podido arrancar en España por la oposición de los operadores establecidos

Ramón Muñoz

España, Italia, Portugal y Grecia son los únicos países de los Quince donde no funcionan comercialmente los operadores virtuales. Ahora, el Gobierno, de la mano del Ministerio de Industria y siguiendo el ejemplo francés, quiere reactivar esa figura para aumentar la competencia y forzar una rebaja de tarifas. Ha incluido la medida en el Plan de Dinamización de la Economía, y ha encargado a la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) un informe para reactivar los MVNO.

Pero si los virtuales no han podido estrenarse comercialmente en España no se debe a una laguna legislativa. El extinto Ministerio de Ciencia y Tecnología aprobó en marzo de 2002 una orden ministerial que regulaba expresamente la figura de los MVNO (OMV, por sus siglas en español). En la misma, se contempla la creación de un nuevo tipo de licencia (A2), y se exige a los concesionarios que dispongan de un soporte de servicio, con elementos de conmutación, facturación, tarjetas SIM, numeración y código de acceso a la red.

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No obstante, el punto fundamental de esa regulación es que deja a la libre voluntad de las partes los acuerdos comerciales. Esa voluntariedad ha sido la principal causa de que no hayan arrancado comercialmente, porque los operadores de red (Telefónica Móviles, Vodafone y Amena) consideraron que los MVNO no les aportaban nada y les negaron el acceso a su red.

De hecho, de las más de 25 empresas que solicitaron autorizaciones provisionales -como Affinalia, Abbla Mobile, Primus, Vallehermoso Telecom o Avirón, entre otros- actualmente sólo tienen licencia A2 dos operadores: BT Telecomunicaciones y Tele2. Este último grupo sueco es el que se ha mostrado más activo. No en vano está presente como virtual en Austria, Países Bajos, Dinamarca, Noruega y Finlandia, y como operador con red propia en Suecia, Luxemburgo, Liechtenstein, Letonia, Lituania, Estonia y Rusia.

Amplios beneficios

El director general de Tele 2 España, Jean Donadieu, considera que los MVNO son la alternativa "más barata y sencilla" para el cliente residencial a los operadores establecidos. Estima que las actuales tarifas son caras y las compañías que se reparten el mercado español tienen márgenes muy amplios de beneficio y que, por tanto, hay sitio para la entrada de operadores alternativos que, merced a su eficiencia de costes, ofrezcan a los usuarios tarifas más bajas.

Donadieu cree que la forma más fácil para la implantación de los alternativos es llegar a un acuerdo voluntario con los operadores que disponen de infraestructura. "Pero después de dos años intentándolo nos ha sido imposible". Por eso, cree que el regulador debe obligar a las compañías con red a firmar acuerdos con los MVNO, como ha sucedido en Irlanda y en Francia. "En Austria cambiaron la legislación para permitir nuestra actividad comercial".

"La gente olvida que en España ya ha funcionado ese tipo de acuerdos. Cuando nació Amena, daba cobertura a sus clientes merced a sendos acuerdos con Telefónica Móviles y con Vodafone", recuerda Donadieu.

BT España está más enfocado al cliente empresarial y quieren la licencia de móvil para complementar su portfolio de servicios. Luis Álvarez Satorre, presidente de la compañía, cree que la entrada de nuevos operadores virtuales sería beneficioso para todos: "Por una parte, la mayor competencia repercutiría positivamente en el servicio y coste para los usuarios, y por otra también para los propios operadores actuales que asegurarían la comercialización y uso eficiente del espectro, siempre y cuando los nuevos entrantes no se limitaran únicamente a revender minutos y erosionar los precios".

Álvarez estima que la existencia de los MVNO puede estimular la inversión y coincide con su homólogo de Tele2 de que es necesario un cambio de modelo regulador en España a la vista de los resultados.

Del otro lado, Telefónica Móviles, Vodafone y Amena hacen frente común contra unos "revendedores" que se quieren amparar en una regulación que les garantice el beneficio fácil sin apenas riesgo. Todos ellos niegan que, como parece creer el Ejecutivo, haya un problema de competencia y que las tarifas sean caras. Aseguran que en términos de precio por minuto facturado, España está en la media europea, por debajo de Reino Unido y Alemania, que cuentan con gran número de MVNO, y por encima de Italia y Portugal, donde no existe esta figura.

El fin y los medios

"Virtuales, ¿para que?", esa es la pregunta que se hace Fermín Marquina, director general de Estrategia de Telefónica Móviles, que opina que la telefonía móvil en España es un sector modelo, que ha permitido el desarrollo de nuevos servicios, una cobertura envidiable y unos precios en la media europea. "No podemos perder la conexión entre el plano de las infraestructuras y el de servicios", afirma.

El directivo de Móviles cree que "no tiene ningún sentido que alguien quiera entrar ahora en el mercado pensando en el pasado, en la voz, en lugar de pensar en el futuro, en los datos y en todos los servicios que se abren con el UMTS" . "Si hay un problema, sea de tarifas o de cualquier otra índole, que se identifique y se corrija, pero no podemos convertir el instrumento en el fin", añade.

En la misma línea, el director de Relaciones Institucionales de Vodafone España, Santiago Moreno, niega que España tenga unas tarifas caras, si se tiene en cuenta un consumo medio.

Moreno indica que la imposición de tarifas de interconexión por parte del regulador,como reclaman algunos MVNO, sólo es aconsejable cuando se trata de romper un monopolio, como en su día ocurrió con el de Telefónica en la telefonía fija, pero no en un mercado como el de móvil en el que funciona la competencia.

Según el responsable de Vodafone, la introducción de MVNO perjudicaría al usuario, no sólo porque haría caer la inversión en infraestructuras, sino porque se eliminarían las subvenciones al terminal y se dificultaría el cambio de operador (portabilidad) que aquí es gratuito, y en los mercados donde operan los MVNO corre de cuenta del abonado.

Las espadas están en todo lo alto. El regulador tiene sólo dos alternativas: seguir el ejemplo del regulador francés (ART) que cambió el modelo voluntario por otro que imponía el acuerdo; o persiste en dejar a las partes que pacten libremente las condiciones como ha hecho Italia. La CMT y el Ministerio de Industria son los dos árbitros de este proceso. De ellos depende que los virtuales se hagan realidad.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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