Por fin...
Los analistas de la coyuntura económica estamos de enhorabuena porque ha salido a la luz una nueva batería de indicadores que pueden tener gran potencial analítico. Son los contenidos en el informe mensual de Ventas, empleo y salarios en las grandes empresas que la Agencia Tributaria venía elaborando desde hace años y que ha publicado por primera vez hace unos días. Éste era uno de los compromisos incluidos en el acuerdo sobre transparencia que recientemente aprobó el Gobierno, uno de los más relevantes para mejorar el diagnóstico y la previsión sobre la economía española.
La información proviene de la liquidación mensual de las retenciones del trabajo, IVA, impuestos especiales y primas de seguros de las grandes empresas (más de seis millones de facturación en el ejercicio natural anterior), lo que le confiere algunos sesgos de representatividad a tener en cuenta, especialmente a nivel de sectores. Pero son empresas que aglutinan más del 60% de la facturación de la economía española y más del 50% de los asalariados. Son cifras que hablan por sí solas de la representatividad y potencia analítica de los indicadores, cuando estamos acostumbrados a extraer diagnósticos a partir de investigaciones muestrales con escasa representatividad.
El PIB habría crecido sistemáticamente más de lo que se viene estimando oficialmente
Son indicadores de variables macroeconómicas, pero ligados al proceso de recaudación. La coherencia con la evolución de la recaudación es otro valor añadido y permitirá aproximar una respuesta a uno de los enigmas que nos ha perseguido en los últimos años y que comentaba en esta columna el domingo anterior: por qué la recaudación de impuestos ha crecido sistemáticamente muy por encima del PIB. Una rápida observación a las ventas declaradas en los últimos años da más verosimilitud a una de las hipótesis barajadas: el PIB habría crecido sistemáticamente más de lo que se viene estimando oficialmente. También se explican ahora mejor las previsiones de ingresos de los PGE de 2005, que parecían sobreestimadas; y es que la Agencia Tributaria contaba con indicadores coyunturales de bases imponibles de los distintos impuestos -ocultos al resto de los mortales- para apoyar estas previsiones.
En los gráficos adjuntos se presentan dos de estos indicadores, relacionándolos con los agregados de la contabilidad nacional más cercanos. En el de la izquierda se ve la estrecha correlación entre la evolución de la demanda interna y las ventas interiores deflactadas declaradas por las empresas, aunque también se observa una divergencia en su comportamiento a lo largo de 2004: la aceleración de la demanda interna que estima la contabilidad nacional no se ve corroborada por las ventas. En el gráfico de la derecha también se observa un perfil muy similar entre los perceptores de rendimientos del trabajo y los ocupados asalariados estimados por la contabilidad nacional. En ambos casos se produce una suave aceleración a lo largo de 2004, que se ha intensificado en enero en el caso de los perceptores.
En fin, tiempo habrá para comentar la coyuntura en base a estos indicadores, que, a poco que se cuide su elaboración y difusión, están llamados a ser referencia ineludible para todos los analistas. Dentro de ese cuidado, habría que pedir que en futuras entregas se cumplan los compromisos adquiridos de forma íntegra, y dispongamos de calendarios exactos y series históricas completas en formatos que permitan su estudio y análisis. Pero de momento, démosles la bienvenida.
Ángel Laborda es director de Coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
