Maestro de la aventura y la ciencia
¿Qué se puede decir de esta novela poco conocida en España? Que es un Verne genuino. Todos los elementos clásicos de su literatura aparecen aquí a entera satisfacción del lector. Tenemos a un doble narrador: el que relata como narrador anónimo omnisciente y el que participa de la novela como personaje. El primero es un álter ego del autor; el segundo pertenece a la trama y su relato se asemeja al de un diario. El primero abre, cierra y se entromete de vez en cuando en la historia, sobre todo para darnos explicaciones de orden histórico, geográfico y de naturaleza; el segundo, Maucler, complementa al primero en cuanto a los mismos asuntos y, además, transmite la intriga en vivo.
LA CASA DE VAPOR
Julio Verne
Traducción de Héctor López Gómez. Ediciones del Viento
A Coruña, 2005
400 páginas. 22 euros
Estamos en India, una vez
sofocada la sangrienta rebelión de los cipayos. Uno de sus líderes, Nana Sahib, ha jurado odio eterno a los ingleses y prepara un nuevo levantamiento. Además, su odio se personaliza en el coronel Munro, a cuya esposa asesinó con otras decenas de mujeres y niños en una masacre; a su vez, Munro dio muerte a la compañera de Nana Sahib, la cruel rani de Jansi. La venganza de doble dirección está servida y hacia ella se dirige el relato. Hasta aquí, también podríamos encontrarnos con un relato de aventuras clásico, a lo Salgari, pero el "toque Verne" aparece enseguida. Verne es un maestro en la mezcla de aventura y ciencia, y en esta novela es claro que no podía faltar un invento: se trata de la Steam House o Casa de Vapor. Tenemos, como en toda historia de esta clase que se precie, a un grupo de aventureros: Munro, Maucler el narrador, el capitán Hod, un intrépido cazador de tigres, el ingeniero Banks y los fieles acompañantes de rigor, prestos a dar la vida por sus jefes. Todos ellos se embarcan en un invento del ingeniero que les permitirá recorrer el Indostán desde Bengala hasta las estribaciones del Himalaya: un elefante artificial -una especie de locomotora disfrazada de elefante que arrastra dos vagones con ella y que lo mismo recorre carreteras que vadea un río-.
Pero esta novela ofrece una peculiaridad. Como sabemos, Verne es meticuloso en cuanto a la creación de los elementos del escenario, bien sea descripción de paisaje, bien descripción minuciosa del invento mecánico de turno. Sus invenciones, en concreto, son maravillosamente adecuadas a la imaginación de un lector ávido. Lo que ocurre con la Steam House es que se trata de una formidable sublimación de lo que hoy conocemos por roulotte. Y no es vano mencionar semejante artilugio moderno porque la novela se ocupa más de dar una visión del territorio recorrido y de sus gentes que de la aventura propiamente dicha, de manera que, en cierto modo, podríamos hablar de un viaje de turismo aunque, eso así, un turismo muy selectivo, no de masas sino de aventureros. Por poner un ejemplo contrario, La vuelta al mundo en ochenta días es, en comparación, más aventurera que turística.
"Todo lo que está dentro de
los límites de lo posible, debe ser y será realizado", dice en un momento dado el ingeniero Banks. Este espíritu es el que verdaderamente empuja las grandes narraciones de Julio Verne. Esa curiosidad que va aneja a la idea de progreso como esperanza en el futuro. En la presentación de su máquina y roulotte, el capitán Hod exclama entusiasmado: "¡Todo se hará! ¡Lástima que no se nos pueda resucitar dentro de doscientos años para ver esas maravillas! La vida no es siempre feliz y, sin embargo, ¡viviría de buena gana diez siglos! ¡Sólo por pura curiosidad!". La curiosidad, ése es para Verne el eje de todo logro humano y no anda desacertado en cuanto se refiere al conocimiento, pues la curiosidad es un impulsor de primer orden. Evidentemente, hay héroes de sus novelas cuyo talante es más sombrío, el capitán Nemo, por ejemplo; pero esta novela tiene la peculiaridad de ser desbordantemente animosa, divertida, incluso jovial, aunque los odios sean a muerte, las escenas de acción trepidantes, los traidores, genuinos traidores y las escabechinas, torrentes de sangre. Un verdadero regalo para los amantes de la narración tradicional.
VIDA Y OBRA
1828. Nace en Nantes.
1848. Se instala en París para estudiar Derecho por imposición paterna. Alterna los estudios con el teatro. Escribe 24 obras, y se estrenarán 7. Se centra en los estudios científicos, con la idea de escribir "la novela de la ciencia".
1857. Se casa con Honorine de Fraysse de Viane, y se dedica a la Bolsa. Publica artículos de ciencia en prensa. En 1861 nace su hijo Michel.
1862. Conoce a Jules Hetzel. En 1863 publica Cinco semanas en globo, primera novela de sus Viajes Extraordinarios.
1864-1874. Publica al ritmo febril que le impone Hetzel.
1875. Comienza Miguel Strogoff, primera de una serie de novelas basadas en la historia inmediata. Desde entonces su obra se transforma y refleja una visión pesimista y sombría de la realidad.
1889. Es elegido consejero municipal en el Ayuntamiento de Amiens, y desarrolla una interesante labor en urbanismo y educación.
1905. Muere en Amiens el 24 de marzo.
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