El ciclo donostiarra de música sacra se acerca a los sonidos sufíes

El Ciclo de Música Sacra de San Sebastián, que preludiará y se internará en la Semana Santa desde mañana y hasta el próximo día 22, se acercará este año a los sonidos sufíes. En Pamplona, la Capilla de Música de la Catedral, abrirá mañana Música para un tiempo de oración con la obra Requiem for my friend, que compuso Zbigniew Preisner para el fallecido director de cine polaco Krysztof Kieslowsky.

El programa del Ciclo de Música Sacra arrancará mañana (Centro Cultural Okendo, 18.00) proyectando una representación de la Pasión según San Mateo, de Bach, interpretada por The Choir's of King's College y la soprano Emma Kirby, bajo la batuta de Stephen Cleobury. Al día siguiente (Parroquia del Corazón de María, 20.00), el coro Xatz-Eskifaia, acompañado por el organista José Manuel Azkue, cantará piezas de Bach y Mozart.

La nota exótica del ciclo llegará el viernes (Iglesia de Loiola, 20.00) con el grupo turco Tümata, que acercará al público el misterio de la música sufí. Compuesta por 39 músicos, cantantes y bailarines, la formación está especializada en música de Asia central y Anatolia, y utiliza la flauta, el laúd, violas antiguas y panderos.

El sábado (Iglesia de los Carmelitas, 20.00) tomará el relevo el coro Landarbaso, que cantará obras como el Ave María de Rachmaninov. El txistulari Sergio Torices y el organista Jesús Martín Moro pondrán la jornada siguiente (Iglesia de San Ignacio, 19.30) las notas de Le sommeil de l'ange, del compositor donostiarra Gorka Cuesta. El Coro Corazón de María alzará su voz el lunes (Iglesia de Loiola, 20.00) para interpretar piezas de Beethoven o Duruflé. El ciclo concluirá el martes (Iglesia de Zorroaga, 19.00) con los gregorianistas del Coro Easo.

La interpretación del Requiem for my friend en Pamplona supondrá el estreno en España de la obra que Preisner dedicó a su amigo Kieslowsky. La Capilla de Música de la catedral metropolitana, dirigida por Aurelio Sagaseta, estará acompañada por la Orquesta Concerto (iglesia de San Nicolás). Sagaseta ha calificado la obra como una "tragicomedia griega" con contrastes de volumen y lenguaje importantes.

Formada por dos partes Requiem y Life, bien diferenciadas y unidas entre sí por una bellísima Lacrimosa para soprano, el Requiem de Preisner se compone de 18 movimientos para soprano, órgano, contratenor, bajo, quinteto de cuerdas y percusión que oscilan entre el lánguido lamento por la pérdida de un amigo y el canto épico a la vida espiritual en sus 68 minutos de duración.

El 13 de marzo de 1996, un ataque cardíaco acabó con la vida de Kieslowsky cuando trabajaba en una nueva trilogía cinematográfica Hell, Purgatory y Heaven en el que, una vez más, estaban totalmente involucrados sus amigos e inseparables colaboradores Preisner y Piesiewicz, coguionista de sus películas más importantes.

La colaboración de Preisner con Kieslowsky le convirtió en uno de los compositores de música cinematográfica más importantes del final del siglo XX. Su último trabajo juntos antes de la serie inacabada fue la célebre trilogía Tres colores, Azul (1993), Blanco y Rojo (ambas de 1994).