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Las movilizaciones en Francia fuerzan a Raffarin a reabrir la negociación salarial

El primer ministro reconoce que el Gobierno "no puede seguir callado" ante las protestas

La movilización del pasado jueves en toda Francia, que sacó a la calle entre 600.000 y un millón de ciudadanos en defensa del poder adquisitivo y contra las reformas sociales que intenta sacar adelante el Gobierno de Jean-Pierre Raffarin, obtuvo ayer el acuse de recibo del primer ministro: se reabrirán las negociaciones salariales en la función pública y se impulsarán las del sector privado, donde las empresas han tenido beneficios récord.

En una entrevista radiofónica, Raffarin reconoció que la jornada de protesta había sido "importante y significativa" y que el Ejecutivo "no puede seguir callado", razón por la que anunció que había pedido al ministro de la Función Pública, Renaud Dutreil, que inicie negociaciones con los sindicatos antes de que acabe este mes.

Raffarin, que ayer sorprendió a la opinión pública al no descartar, por primera vez, la posibilidad de que se presente como candidato a la presidencia en 2007, reabre así la caja de los presupuestos, cerrada en falso por el efímero ministro de Finanzas Hervé Gaymard. El nuevo titular de Economía, el empresario Thyerry Breton, tendrá ahora la difícil tarea de cuadrar la imprescindible reducción del déficit público, muy por encima del 3% permitido por el Pacto de Estabilidad, con las exigencias salariales de cinco millones de funcionarios, que pretenden un aumento adicional de sus nóminas de este año de entre un 0,8% y un 1%. El pasado diciembre, el Gobierno decidió una subida salarial a plazos; medio punto en febrero y otro medio punto en noviembre.

Los sindicatos reaccionaron, por lo general, con satisfacción ante el anuncio del primer ministro, aunque algunos no escondieron sus temores de que tras las palabras de Raffarin se escondiera una trampa, dado que no dio ninguna pista sobre la subida salarial y en cambio se refirió a los "pequeños márgenes de maniobra [que tiene el Gobierno] gracias al regreso del crecimiento económico". La CGT, por ejemplo, anunció que mantiene la movilización hasta que no tenga resultados concretos.

En el sector privado, donde los beneficios récord que han obtenido algunas empresas este año han contribuido a aumentar el clima de crispación social, Raffarin anunció que el Estado quiere jugar también un papel de "facilitador" en las negociaciones salariales. El primer ministro anunció que el titular de Finanzas presentará en muy breve plazo una serie de medidas para incitar a "las empresas que han tenido buenos resultados a compartirlos con sus trabajadores". El jefe del Ejecutivo, sin embargo, seguirá adelante con las reformas para dar mayor flexibilidad a las 35 horas de trabajo semanales y también con la reforma educativa, que mantiene a los estudiantes movilizados en su contra.

Las concesiones del Gobierno conservador están directamente relacionadas con el referéndum sobre la Constitución europea del próximo 29 de mayo. El propio Raffarin reconoció ayer que el resultado será "ajustado" y que el no "progresará". Los pronósticos de las encuestas varían. Hace sólo una semana el parecía alcanzar un 60%. El sábado otro sondeo detectaba un descenso hasta un 56%.

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El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin.
El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin.EPA

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