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Entrevista:JOSEP OLIU | Presidente del Banco Sabadell

"La Caixa es un escudo contra ofertas hostiles de compra"

Claudi Pérez

Sabadell es una ciudad de tamaño mediano del cinturón metropolitano de Barcelona, de marcada tradición textil y con una particularidad: cuenta con banco -el cuarto del ranking español-, una caja de ahorros y varias aseguradoras que la elevan a la categoría de plaza financiera con menos de 200.000 habitantes en el censo. Sabadellense de pro, Josep Oliu, presidente del grupo Sabadell, ha pilotado en los últimos años la travesía de banco regional a banco doméstico.

La salida a Bolsa y las compras del Natwest, el Herrero y el Atlántico han cambiado la fisonomía de la entidad, tradicionalmente especializada en banca de empresas. Tras la entrada de La Caixa (primer accionista, con el 15% del capital), Oliu aseguraba que sólo veía problemas en el horizonte si la caja entraba en el negocio de empresas y el Sabadell en el de particulares. Eso es exactamente lo que ocurre ahora. Oliu lo reconoce y afirma que el Sabadell y La Caixa "son competidores feroces tanto en empresas como en particulares. La competencia con La Caixa es igual que con Banesto o el Popular".

"Ante la alternativa de aceptar el despido o cambiar de lugar de trabajo, muchos empleados del Banco Atlántico prefirieron la indemnización"
"Creo que el regulador debe buscar la fórmula para que los resultados de las cajas se traduzcan en una obra social adecuada"

Pregunta. La fusión con el Atlántico se ha completado en un tiempo récord. Un año después de esa operación, ¿sostiene que el precio pagado fue el adecuado?

Respuesta. El Atlántico supone una compra competitiva y creo que el banco pagó el precio mínimo suficiente para sacar adelante la operación. Además, el precio se pagó en función de unas sinergias esperadas de 114 millones, y esa cifra se ha elevado finalmente a 124 millones.

P. Poco después de la fusión aseguró que no habría recortes de plantilla, pero finalmente los ha habido. ¿Por qué no se cumplieron las previsiones iniciales?

R. Es cierto que al final de 2004 había 650 trabajadores menos que a principios de año. La mayor parte de esos trabajadores recibieron ofertas para incorporarse a un empleo diferente. Lo que ocurre es que la fusión ha puesto de manifiesto problemas de movilidad, y esa falta de movilidad hace que se produzcan fricciones a la hora de reasignar funciones. Ante la alternativa de aceptar el despido o cambiar de lugar de trabajo, muchos profesionales del Atlántico prefirieron la indemnización.

P. ¿Habrá nuevos recortes?

R. No. Al menos, no significativos. Ahora tendremos que contratar empleados para cubrir las posiciones asociadas a la expansión del banco. Evidentemente, nos sale más a cuenta haber hecho toda la reducción primero e ir creciendo a medida que lo necesitemos.

P. El nuevo plan pone el acento en esa expansión. ¿Puede suponer incrementar la estructura de costes del banco?

R. El plan se basa en incrementar el volumen de ingresos conteniendo los costes. A finales de 2003, la base de costes del banco era de 800 millones, pero después de la reestructuración del año pasado ya está en 760 millones de euros. A lo largo de los tres próximos años, los costes subirán un 3% anual: 40 millones de euros, frente a un incremento de ingresos previsto de entre 350 y 400 millones.

P. Históricamente, el Sabadell ha sido un banco de empresas, pero el punto de mira está puesto ahora en el negocio de particulares. ¿Puede haber problemas con La Caixa?

R. El Sabadell y La Caixa son competidores feroces tanto en empresas como en particulares. Y esa competencia con La Caixa no difiere de la que tenemos con Banesto o el Popular. Pero eso es independiente del papel accionarial de La Caixa en el Sabadell.

P. ¿Cuál es el papel exacto de La Caixa en el banco?

R. Es un socio financiero que tiene en torno al 15% del banco. Es el socio más importante, sin duda, pero hay también otros accionistas institucionales que tienen participaciones significativas. Eso sí, La Caixa es un socio más cercano, nos conocemos más y tenemos una relación de privilegio. Pero, insisto, es un socio financiero como lo puede ser cualquiera de los 20 o 30 inversores que tienen el Sabadell como inversión de cartera.

P. ¿Se puede considerar un escudo contra ofertas hostiles de compra?

R. Sí, en la medida en que es un socio estable y esperamos que lo siga siendo. Pero es posible que un día, si la revalorización de las acciones no es la esperada, pueda modificar su participación. Como socio financiero que es no veríamos ningún problema, al contrario.

P. El presidente el BBVA, Francisco González, considera que ya no es necesario tener un núcleo duro de accionistas dentro de la estructura de capital. ¿En el caso del Sabadell, cree que es positivo tener un núcleo duro con La Caixa y el BCP?

R. No creo que tengamos un núcleo duro. Y si lo hay, son las familias privadas que tienen su origen en Sabadell: con todos los cambios que ha habido en los últimos años, con la salida a Bolsa, la caída del valor y la posterior subida, siguen siendo los mismos. La Caixa y el BCP son accionistas institucionales estables, tienen participaciones financieras pero con una perspectiva a largo plazo. No conforman ningún núcleo duro. Yo veo un reparto accionarial equilibrado, relativamente estable y fruto de la propia historia del banco.

P. Las cajas están muy activas en la compra o incluso la creación de entidades financieras, como en el caso de las andaluzas. ¿Compiten en las mismas condiciones bancos y cajas?

R. Es un hecho que en los últimos años la cuota de mercado de las cajas se ha incrementado con respecto a la de los bancos españoles. Puede que las cajas lo hayan hecho mucho mejor, pero también puede que haya un elemento de ventaja competitiva como consecuencia de que los bancos tienen un impuesto adicional que no tienen las cajas, el pago de dividendo. En el caso de las cajas puede que sea la obra social.

P. ¿Qué puede hacer el regulador para garantizar la igualdad de condiciones?

R. Bajo mi punto de vista, la competencia entre bancos y cajas ya es total. Lo que sí debe garantizarse es el establecimiento de los mecanismos necesarios para que las cajas tengan los mismos controles, las mismas condiciones competitivas que los bancos, con independencia de quién se lleve el dividendo.

P. ¿Se dan ahora esas condiciones?

R. Ése es el centro del debate. En estos momentos, las cajas lo tienen más difícil para acceder al mercado de capitales y para hacer una expansión internacional. Pero en el mercado nacional tienen que dar beneficios para la obra social. Si hacen poca obra social, se está introduciendo un factor de menor competencia. Y si se es muy exigente con la obra social, las condiciones se asimilan a las de los bancos con sus accionistas. Hay cajas muy exigentes. Otras no. Creo que el regulador -ya sea el Ministerio de Economía o las comunidades autónomas- debe buscar la fórmula para que los resultados de las cajas se traduzcan en una obra social adecuada, con la máxima exigencia y la máxima transparencia.

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu.
El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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