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Reportaje:

Cambio de paso con la deuda histórica

El PP recupera la exigencia de la disposición del Estatuto tras haberla orillado en sus ocho años de gobierno

Luis Barbero

31 de agosto de 1997. "La deuda histórica no está en ninguna ley, no es un concepto jurídico".

8 e marzo de 2005. "No se puede ser presidente del Gobierno sin el cariño, el respeto y el afecto" de los "ocho millones de andaluces".

Mucho ha llovido entre las dos frases del presidente del PP, Mariano Rajoy. La primera fue pronunciada cuando era ministro de Administraciones Públicas en el primer Gobierno del PP y las relaciones con el Ejecutivo socialista de Andalucía estaban ya enredadas en un puñado de conflictos que no se resolverían a lo largo de dos legislaturas, entre otros la deuda histórica que Rajoy negó que existiera. La segunda aseveración se produjo el pasado martes en un acto celebrado con unos centenares de militantes en Gines (Sevilla), muy lejos ya de las alfombras del poder.

"La deuda histórica no está en ninguna ley", afirmó Mariano Rajoy en 1997
Arenas aseguró que Aznar iba a garantizar la deuda histórica por escrito en 1996

La primera es un botón de muestra de la actitud del Gobierno de José María Aznar con Andalucía en sus ocho años de gobierno. Una actitud que alarmó, entonces, a algunos dirigentes del PP andaluz, que predicaron en el desierto para intentar que el Gobierno tuviese "más sensibilidad" con la comunidad. La segunda pone de manifiesto que la dirección nacional del PP se ha convencido, finalmente, de que para gobernar en España es necesario equilibrar el mapa electoral andaluz, dominado ahora de forma abrumadora por el PSOE.

La deuda histórica es una prueba del algodón para medir la coherencia política de los dos grandes partidos, especialmente del PP, toda vez que ahora exige una solución inmediata para una cuestión que no afrontó en sus ocho años de gobierno. "Nadie es virgen en contradicciones", coincidieron en decir PSOE y PP en un pleno sobre la deuda histórica celebrado en octubre de 2004, ya con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa.

La deuda histórica, cuya paternidad se disputan IU y PA, es una constante en el debate político andaluz desde hace más de una década. El concepto deuda histórica es fruto de la popularización de la disposición adicional segunda del Estatuto de Autonomía. Esta disposición, redactada hace 25 años, establece que Andalucía debía recibir unos fondos de nivelación de servicios dada su situación socioeconómica.

Enterrada en el sueño de los justos más de una década, irrumpe con fuerza en la legislatura de la pinza entre PP e IU (1994-1996) y desde entonces, con algún altibajo, no ha salido de la batalla partidista.

Del escaso convencimiento que la dirección nacional del PP tenía sobre la deuda histórica da buena cuenta, además, el hecho de que en 1996 el entonces candidato a la presidencia del Gobierno, José María Aznar, lograse unir a los, en aquel momento, irreconciliables Manuel Chaves (PSOE) y Luis Carlos Rejón (IU). En un acto de campaña, Aznar tildó de "regalo" los 120 millones de euros que el último Gobierno de Felipe González decidió pagar a Andalucía por la deuda histórica.

Estos 120 millones son la primera y última cantidad que la comunidad ha recibido por la deuda histórica. Y PSOE y PP se arrogan el mérito. Los socialistas destacan que fue el Gobierno de González el que aprobó enviar ese dinero a Andalucía. Y los populares, que fue el de Aznar el que pagó los 120 millones y que González sólo abordó este asunto, tras 14 años de gobierno, cuando era previsible que cediese el poder al PP.

En aquella época Javier Arenas, presidente del PP, se presentaba por segunda vez como candidato a la Junta y decía lo siguiente, en una entrevista en EL PAÍS, sobre la decisión del Gobierno del PSOE de pagar los 120 millones en plena campaña electoral: "Jugar con dinero público en campaña electoral es un puñetazo al hígado de los andaluces. Me parece que es un reclamo electoral. Han tenido 14 años para que llegara la deuda histórica. Si no ha sido posible, es culpa de tres personajes: González, Chaves y (Jordi) Pujol. Lo importante es que Aznar va a garantizar el cumplimiento, y por escrito".

Nunca más se supo de este compromiso por escrito. De hecho, al llegar al poder, el Gobierno del PP empezó a hacerse el remolón y a dilatar el pago de los 120 millones de euros. Tras meses de tira y afloja, el Ejecutivo pagó esa cantidad y... hasta hoy.

Entre 1997 y 2004, la Junta hizo de la deuda histórica una de sus principales caballos de batalla con el Ejecutivo central, que hizo oídos sordos a esta reivindicación. En esos años, el Gobierno de Chaves consignó en cada presupuesto una partida de 120 millones de euros por la deuda histórica, un dinero que nunca llegó.

En esos años, el PSOE jugaba al ataque y el PP a la defensiva. Arenas nunca dijo rotundamente que no se iba a pagar la deuda histórica, en contradicción con lo que decía Rajoy, sino que daba largas con el argumento de que el las pésimas relaciones entre Junta y Gobierno hacían imposible cualquier acuerdo.

Tras la derrota electoral del 14 de marzo, el PP ha vuelto a coger, como si tal cosa, la bandera de la deuda histórica que dejó ocho años antes. Y lo ha hecho con acusaciones de calibre grueso, como cuando acusa la Junta de "traición" por partir de cero en la negociación abierta con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para intentar fijar una cantidad que zanje el conflicto de la deuda histórica.

Los populares no se dan por enterados por las críticas que reciben por la contradicción de exigir ahora lo que no lograron solucionar antes. "Nosotros ya hemos pagado", alega un dirigente del PP. El Ejecutivo andaluz observa molesto cómo Arenas cambia de discurso como quien cambia de camisa y actuara como si la memoria y las hemerotecas se las hubiera tragado un agujero negro. "Esto es todo por Arenas", afirma un consejero.

El recuerdo de los 1.148

El Gobierno central y el andaluz han reabierto los canales de comunicación para negociar la deuda histórica. Técnicos del Ministerio de Economía y de la Consejería de Economía andaluza se han reunido en una primera toma de contacto.

Los andaluces llevaron un dossier con documentación sobre la deuda histórica. Lo primero es hacer entender al Gobierno y al resto de comunidades que la deuda histórica nada tiene que ver con los 2.500 millones de euros que Andalucía ha recibido por la deuda de la financiación autonómica generada entre 1997 y 2001.

La idea de partida de la Consejería de Economía es que la nivelación de servicios a la que se refiere la deuda histórica debe centrarse en el periodo que va de 1982 a 1986. Es en esa época, en opinión de la Junta, cuando se produce el mayor esfuerzo autonómico para intentar equiparar los servicios públicos autonómicos con los del resto de España.

Los técnicos de ambas administraciones buscarán primero un método que sirva para calcular a cuánto puede ascender la deuda histórica. En estas negociaciones, la Junta parte de "cero", dejando a un lado la cifra de 1.148 millones de euros aprobada por el Parlamento a finales de 2003, y sin prisas para precipitar un acuerdo.

En esa negociación, el Gobierno andaluz va a tener el aliento en el cogote de la oposición, que le va a recordar a todas horas los 1.148 millones de euros estimados por el Parlamento en concepto de deuda histórica, cantidad aprobada precisamente a iniciativa del PSOE y y que el PP no apoyó.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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